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Fanny T. Añaños-Bedriñana (Dir.)

María del Mar García-Vita · Francisco José Del Pozo Serrano · Francisco Jiménez Bautista · Miguel Melendro Estefanía · María del Pilar Fernández-Sánchez · Concepción Yagüe Olmos · Ángel M. Turbi Pinazo · Juan José Llopis Llácer · Luis Pantoja Vargas · Araceli Fernández Iglesias · Iosifina Mavrou · Carla Añaños Herrera · René Deibar Hurtado

En prisión

Realidades e intervención socioeducativa y drogodependencias en mujeres

NARCEA, S. A. DE EDICIONES

© NARCEA, S. A. DE EDICIONES, 2017

Paseo Imperial 53-55, 28005 Madrid. España

www.narceaediciones.es

Ilustración de la portada: Enrique Sáenz Sancha, Responsable del Taller de Pintura del C.P. Albolote, Granada.

ISBN papel: 978-84-277-2280-4

ISBN ePdf: 978-84-277-2281-1

ISBN ePub: 978-84-277-2282-8


Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pú-blica y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Índice

Agradecimientos

Prólogo. Javier Nistal Burón, Subdirector General de Tratamiento, Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior

Introducción: aspectos metodológicos y de contextualización del proyecto Mujeres en prisiones españolas

Mª del Pilar Fernández-Sánchez y Fanny T. Añaños-Bedriñana

I. Rasgos fundamentales de las mujeres en las prisiones

Definición de los perfiles de adicción y rasgos de consumo en mujeres reclusas.

Fanny T. Añaños-Bedriñana

Perfiles sociodemográficos de las mujeres en las prisiones españolas.

Francisco Jiménez Bautista y ConcepciónYagüe Olmos

Salud física y mental en mujeres reclusas en las cárceles españolas.

Ángel M. Turbi Pinazo y Juan José Llopis Llácer

II. Trayectorias antes del ingreso a prisión y realidades en el internamiento

La infancia y la juventud de las mujeres presas, una referencia clave para la intervención socioeducativa.

Miguel Melendro Estefanía

Relaciones de pareja en mujeres presas. Violencia: tipos, consecuencias y aceptación.

Araceli Fernández Iglesias

¿Qué sucede con la familia y los vínculos sociales de las mujeres cuando son condenadas a prisión?

María del Mar García Vita

III. La intervención en prisión: proyecciones

Programas para la reinserción de mujeres presas, ¿son eficaces?

Luis Pantoja Vargas

La reinserción laboral de las mujeres en prisión: análisis de la feminización de la pobreza en las reclusas y del tratamiento sociolaboral penitenciario.

Francisco José del Pozo Serrano

Fortalezas y debilidades de los programas de tratamiento de drogas en las cárceles españolas desde la perspectiva de las mujeres drogodependientes.

Iosifina Mavrou

Autoconcepto y expectativas de las mujeres en condición de reclusión en España.

Deibar René Hurtado Herrera

IV. Epílogo y propuestas de acción

V. Anexos: Cuestionarios de mujeres y cuestionarios de profesionales

Agradecimientos

Queremos empezar estas líneas reconociendo el importante, ingente y complejo trabajo que desarrolla la Institución Penitenciaria y Entidades Colaboradoras en el abordaje e intervención en la población reclusa. Así, agradecemos a la Secretaría General de Instituciones Penitenciaras (AGE) y a la Generalitat de Cataluña, Departamento de Justicia, Dirección General de Régimen Penitenciario y Recursos, por autorizar y avalar la investigación propuesta por el equipo, pese a la sensibilidad que mueve el tema y las dificultades propias del entorno.

Del mismo modo agradecemos a los Directores y Directoras y responsables de Tratamiento y/o Seguridad de los cuarenta y dos Centros Penitenciarios participantes, distribuidos en once Comunidades Autónomas, que han autorizado y facilitado el acceso en cada uno de los centros seleccionados, a citar:

En Andalucía: CIS Manuel Montesinos y Molina (Cádiz); CP Algeciras (Cádiz); CP Puerto III (Cádiz); CP Córdoba (Córdoba); CIS Matilde Cantos Fernández (Granada); UDM del CIS Matilde Cantos Fernández (Granada); CP Albolote (Granada); CP Huelva (Huelva); CIS Evaristo Martín Nieto (Málaga); UDM del CIS Luis Giménez Asua (Sevilla); CP de mujeres Alcalá de Guadaira (Sevilla). En Aragón: CP Zuera (Zaragoza). En Asturias, CP Villabona (Asturias). En las Islas Baleares: CIS Joaquín Ruiz Jiménez (Mallorca); UEM del CIS Joaquín Ruiz Jiménez (Mallorca); CP Palma de Mallorca. En las Islas Canarias: CIS Mercedes Pinto (Tenerife); CP Santa Cruz de Tenerife (Tenerife). En Castilla León: CP Ávila (Ávila); CP Mansilla de las Mulas (León); CP Topas (Salamanca). En Cataluña: CP Brians I (Barcelona); CP Dones de Barcelona (Barcelona); SA Wad-Ras Dones (Barcelona); UDM Ágora de Dones Wad-Ras (Barcelona); UDM de Dones Wad-Ras (Barcelona). En la Comunidad Valenciana: CIS Torre Espioca (Valencia); CP Picassent (Valencia); CP Alicante (Alicante); Psiquiátrico CP Fontcalent (Alicante). En Galicia: CP A Lama (Pontevedra); CP Teixeiro (Coruña). En Madrid: CIS Melchor Rodríguez García; CP Madrid I; CIS Victoria Kent; CP Madrid V Soto del Real (Madrid); UTE CP Madrid VI; UTE CP Madrid VII; UDM Madrid VI; UEM Jaime Garralda del CIS Victoria Kent. En el País Vasco: CP Nanclares de la Oca (Álava).

Igualmente agradecemos a todos los profesionales y responsables de los programas, que con su inestimable colaboración han facilitado el acceso en el interior de los centros y el trabajo con las mujeres reclusas, muchos de ellos, además, nos han ofrecido sus conocimientos y experiencias cumplimentando el cuestionario de profesionales, la mayor parte de ellos de forma anónima. Por otro lado, agradecemos a aquellos profesionales o entidades colaboradoras participantes que explicitan en los instrumentos o queremos poner en relieve por su colaboración: en Cádiz (Cristóbal Morales Martín, Jesús Barragán Gómez); en Córdoba (ACALi, Cruz Mañanas Peñalver –URA–); en Granada a Clotilde Berzosa Sáez, Reyes Luis Ruiz Velázquez, Jaime Hernández Alonso, Carolina Carvajal García, M. Mercedes López López, las Hermanas Mercedarias de la Caridad/programa Romper Cadenas; en Mallorca (Cruz Roja islas Baleares, GREC /Grupo de Educadores de Calle; Escuela de Sida, Salud y Conciencia); en Tenerife (María Candelaria Dubergel, Jorge y Eduardo del CIS Mercedes Pinto, Jorge Ruíz Morales); en Ávila (Demelsa); en Valencia (Susana Martín Alvarado, Gloria Remacha García), en Madrid (Concepción Yagüe, Fernando Bayón Guareño, Fundación Atenea, UDM-Proyecto Ellacuría) y en Cataluña (Antonia Guerrero, Sonia Cornellas).

Así mismo, queremos hacer constar un agradecimiento muy especial a todas las mujeres reclusas, en concreto a aquellas que generosamente han compartido sus historias, opiniones y vivencias, constituyendo éstas la motivación, la base y la fuente imprescindible del presente trabajo.

También agradecemos el apoyo material desde el Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica I+D+I, Ministerio de Ciencia e Innovación, para la realización del proyecto de investigación titulado “Mujeres reclusas drogodependientes y su reinserción social. Estudio socioeducativo y propuestas de acción” (Ref. EDU2009-13408).

Finalmente, y no por ello menos importante, cabe agradecer a todo el equipo de investigación participante en el proyecto como en la presente publicación, que desde distintos enfoques formativos y espacios de desarrollo profesional (Universidades, Institución Penitenciaria y Entidades Colaboradoras) han enriquecido el debate, los análisis y las propuestas que modestamente ofrecemos en este libro.

Prólogo

Las mujeres en prisión merecen una atención especial; su porcentaje del 7,8%, frente al 92,2% de hombres, no debe ser un obstáculo para que la población reclusa femenina tenga la atención requerida en todos los órdenes que la ejecución penal demanda, particularmente cuando estas mujeres además son madres.

La necesidad de un estudio como el que los autores y autoras de este libro han llevado a cabo es enormemente útil para tener el conocimiento adecuado de la problemática específica de este colectivo, que permita superar situaciones de desigualdad frente al colectivo mayoritario de población masculina a través de la implementación de programas encaminados a suplir las carencias y necesidades que han podido determinar el ingreso en prisión de estas mujeres, que han incidido en la actividad delictiva, a la que han podido llegar, precisamente, por esas condiciones desfavorables en las que se han visto inmersas en su proceso vital.

No cabe duda de que algunos de los Programas que actualmente se desarrollan en nuestras prisiones con la población reclusa femenina han tenido su origen en estudios de investigación, como el que en esta publicación se expone. Y, precisamente por la utilidad que estos estudios tienen en la materialización del objetivo resocializador de la pena privativa de libertad, la Institución penitenciaria siempre los ha avalado, facilitando la labor de los investigadores en el desarrollo de los mismos. Este es el caso de este trabajo de investigación: Mujeres reclusas drogodependientes y su reinserción social. Estudio socioeducativo y propuestas de acción (Ref. EDU2009-13408), dirigido por la Dra. Fanny T. Añaños, que ha contado con el apoyo institucional de la Administración Penitenciaria, habiéndose facilitado a los investigadores toda la ayuda que han precisado en su trabajo, desde el pleno convencimiento que este esfuerzo redundará en beneficio de la Institución penitenciaria, pues le permitirá tener a su disposición un instrumento para conocer las necesidades de un sector de la población reclusa –la femenina– y con ese conocimiento afrontar las actuaciones pertinentes para suplir esas necesidades y facilitar con ello el tránsito de la prisión al medio libre de estas mujeres en unas condiciones más positivas para lograr su incorporación definitiva a un medio en el que puedan subvenir a sus necesidades, sin incidir en la actividad delictiva. La Institución penitenciaria es consciente del valor de este y otros trabajos de investigación que tienen como finalidad estudiar una realidad sobre la que existen muchas valoraciones preconcebidas que es necesario contrastar empíricamente.

Este trabajo de investigación, cuyos autores me han encargado prologar, lo que para mí es una satisfacción personal y profesional, aborda el estudio de la problemática de las mujeres en prisión desde dos aspectos importantes en el modelo “tratamental” que el cumplimiento de la condena tiene en nuestro sistema penitenciario, cual es la intervención socioeducativa y la problemática de la drogodependencia.

El objetivo resocializador de la pena privativa de libertad exige a la Institución penitenciaria la puesta a disposición de los internos de todos los instrumentos necesarios para suplir las carencias con las que ingresan en prisión con el objetivo de posibilitar que, cuando salgan en libertad, puedan integrarse en un entorno social en el que no tengan que volver a incidir en la actividad delictiva. Un entorno social, al que aporten todos los elementos positivos que han podido adquirir durante su estancia en prisión, lo que les permitirá subvenir a sus necesidades. Es cierto que, para llevar a buen puerto este objetivo, intervienen factores externos a lo que es el exclusivo ámbito de la responsabilidad de la Institución penitenciaria pero, no cabe duda de que, si el internamiento en prisión ha estado marcado por las pautas resocializadoras que inspiran la intervención penitenciaria, la persona que ha obtenido la libertad después de haber pagado su deuda penal, estará en mejores condiciones de integrarse socialmente, sin necesidad de pasar de nuevo por la experiencia delictiva; siendo algunas de estas condiciones favorecedoras de dicha integración social, la posibilidad de haber seguido en prisión un tratamiento específico de su drogodependencia que les permita superar su adicción, factor que sin duda condicionará su futuro sin delitos en libertad y, asimismo, haber obtenido la formación adecuada para afrontar las dificultades que conllevará su proceso de integración social.

El trabajo de investigación que los lectores descubrirán con la lectura de esta publicación les proporcionará, tras el contexto metodológico-contextual, en un primer capítulo, una radiografía de la población reclusa femenina que mantiene algún tipo de adicción a las sustancias tóxicas, de una forma muy didáctica, pues se formula comparativamente con el consumo antes de entrar en prisión, y el que corresponde con los momentos anteriores a su salida, lo que sin duda proporciona un elemento valorativo de la incidencia de la prisión en el cese o en el mantenimiento de la adicción. Este estudio puede ser de especial utilidad para medir la incidencia de la adición a los tóxicos en la carrera delictiva y, sobre todo, conocer hasta qué punto la prisión puede ser un entorno en el que es posible dejar la droga. Y es que, aunque el ámbito penitenciario nunca ha sido considerado un marco idóneo para llevar a cabo tratamientos específicos de rehabilitación con internos drogadictos, considerando que solo en libertad se puede hablar de rehabilitación, es cierto que el principio constitucional que rige la ejecución de la pena, ha influido para que desde la Institución penitenciaria siempre se haya trabajado con el objetivo de que las prisiones sirvan para “curarse de la adicción” y que la vía penitenciaria sea apta para lograr este objetivo. En este sentido, están establecidas, en la propia normativa penitenciaria, una serie de intervenciones con los internos que presentan alguna problemática con la droga, tanto con actuaciones dentro de los Centros penitenciarios como fuera de los mismos, para intentar lograr su recuperación, haciendo realidad el principio de la reinserción como objetivo principal de la pena privativa de libertad.

Conocida la evolución de la adicción en prisión y el condicionante de la misma en la futura reinserción del penado, en el siguiente capítulo se define el perfil sociodemográfico de las mujeres en las prisiones españolas, lo que nos permite tener una referencia completa de todas y cada una de las variables de las mujeres que están encarceladas: edad, tipo de delito cometido, duración de la condena impuesta, nacionalidad, nivel educativo y formativo e incluso la religión que practican. Es pues una visión muy ilustrativa para quien tenga interés en conocer todas y cada una de las características de ese sector de la población reclusa, permitiendo que el lector visualice los rasgos personales y sociales de las mujeres presas y pueda conocer sus problemas, carencias y necesidades, lo que le llevará a entender el porqué de su actividad delictiva y a comprender las situaciones problemáticas que, inevitablemente, están abocadas a terminar en la cárcel.

A las carencias de tipo educativo, formativo, familiar, laboral, etc. que han podido ser determinantes de la actividad delictiva de una persona, hay que añadir un factor negativo más: la salud mental, que se aborda en otro capítulo de este libro. La enfermedad mental es un problema que está presente en todos los sectores de la vida social y, como no podía ser menos, también en el ámbito punitivo y, en concreto, durante el cumplimiento de la condena. La diferentes enfermedades mentales, su grado de intensidad, la diferenciación de la reacción punitiva –pena/medida de seguridad– dota a la enfermedad mental en el marco del cumplimiento de la condena de una complejidad enorme, primero por una regulación normativa bastante imprecisa, segundo por la carencia de Centros adecuados para las medidas que el tratamiento de la enfermedad mental requiere en el medio penitenciario y, por último, por la falta de medios materiales y personales necesarios para abordar con garantía este problemática de la salud mental en el medio penitenciario. Estas dificultades quizás se vean agravadas cuando se trata de mujeres presas. El estudio realizado permite evidenciar algunas consideraciones que serán, sin duda, de utilidad para abordar desde la Institución penitenciaria un tratamiento adecuado de esta problemática, que ya se está abordando en prisión a través de un programa específico como es el PAIEM y permitirán, al mismo tiempo, tratar de conseguir que este tratamiento no se agote en el espacio y tiempo penitenciarios, sino que se conexione estrechamente con entidades públicas y privadas de reinserción en una previsión de futuro a fin de rentabilizar terapéuticamente el paso de estas personas por el sistema penitenciario.

El trabajo de investigación realizado por los autores de este libro aborda también en otro capítulo una cuestión que puede ser de sumo interés para el diseño desde la Institución penitenciara de programas socioeducativos, cual es el conocimiento del historial vital de las mujeres reclusas. Las vivencias de su niñez y adolescencia han podido marcar su trayectoria de una forma negativa, que puede ser abordada con iniciativas que incidan en la superación de esos traumas o prejuicios que les impiden un proceso de reinserción adecuado.

Este estudio se completa con otro capítulo en el que se expone la experiencia de muchas mujeres reclusas con la violencia de sus parejas, que han tenido que soportar en su vida y que algunas han asumido como algo normalizado. Como muy bien se apunta, si esa violencia se mantiene cuando salgan en libertad, será muy complicado que logren entrar en un proceso de reinserción que les permita normalizar su vida. Conscientes de esta problemática de la violencia de género, la Administración penitenciaria ha completado el Programa específico para la población reclusa masculina relacionada con estos delitos de violencia de género con otro denominado “sermujer.es” para las mujeres presas, pues muchas cumplen condena en los Centros penitenciarios, con independencia del hecho delictivo que ha motivado su internamiento, presentando frecuentemente un historial personal con episodios de agresiones y otras manifestaciones de violencia contra la mujer. Es fundamental dotar a estas mujeres de recursos que les ayuden a mejorar sus capacidades personales, a afrontar las dificultades que supone el estar cumpliendo condena en prisión y no haber tenido los recursos necesarios para hacer frente a este tipo de violencia que han podido sufrir y a las consecuencias que conlleva, tanto a nivel psicológico como sociolaboral y familiar; por ello, el objetivo del programa sermujer.es, es tanto la prevención de la violencia de género, como el tratamiento de las internas que la hayan padecido y necesiten un mayor grado de atención.

Si todos los temas que se abordan en este trabajo de investigación son interesantes, quizás el relacionado con los agentes de socialización que confluyen en la vida de las mujeres presas, lo es especialmente. La mujer es el soporte de la familia, la correa de transmisión del motor familiar; su falta es una catástrofe familiar, porque el rol que desempeña es fundamental en el mantenimiento del núcleo familiar. Podemos afirmar, sin equivocarnos, que el encarcelamiento de la mujer conlleva en muchos casos un daño mayor a su entorno familiar que a la propia afectada.

Finaliza este trabajo de investigación haciendo una valoración de la eficacia de los múltiples Programas que se desarrollan en las prisiones españolas con las mujeres presas, lo que permitirá a los gestores de la Institución penitenciaria detectar las necesidades que demanda este sector de la población reclusa para conseguir el objetivo resocializador de la pena que cumplen.

Para terminar, quiero señalar que nos encontramos ante un trabajo de investigación que puede aportar a la Institución penitenciaria elementos muy útiles para abordar iniciativas que, enmarcadas en el objetivo resocializador de la pena privativa de libertad, permitan hacer posible que las mujeres presas tengan la oportunidad de salir de prisión en mejores condiciones de las que entraron y que el tiempo que han pasado privadas de libertad les haya facilitado su recuperación para no perderla otra vez.

Con el pleno convencimiento de la utilidad que este trabajo de investigación ha de tener para los profesionales de la Institución penitenciaria, quiero agradecer en nombre propio y en el de la Institución penitenciaria a sus autores/investigadores su esfuerzo para sacar adelante este proyecto investigador y darles mi sincera enhorabuena por el resultado obtenido.

JAVIER NISTAL BURÓN
Subdirector General de Tratamiento y Gestión Penitenciaria Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, Ministerio del Interior

Introducción: aspectos metodológicos y de contextualización del proyecto “Mujeres en prisiones españolas”

DEL PILAR FERNÁNDEZ-SÁNCHEZ FANNY T. AÑAÑOS-BEDRIÑANA

Universidad de Granada

En prisión. Realidades e intervención socioeducativa y drogodependencias en mujeres, es el resultado del proyecto I+D+I titulado “Mujeres reclusas drogodependientes y su reinserción social. Estudio socioeducativo y propuestas de acción” (Ref. EDU2009-13408), para cuya materialización hemos contado con la autorización y aval institucional del Ministerio de Interior a través de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (AGE) y, de la Generalitat de Cataluña, Departamento de Justicia, Dirección General de Régimen Penitenciario y Recursos (única con competencia propia en la materia). En él nos acercamos y adentramos en la realidad de las mujeres que se encuentran en el medio penitenciario participando en los programas de la red de recursos que hay establecidos en España para el segundo y tercer grado de cumplimento de pena, teniendo en consideración su relación con las drogas en cuatro subpoblaciones identificadas en el presente trabajo (adictas activas, adictas en programas de mantenimiento de metadona, ex adictas y no adictas) y se desarrollan ampliamente en el siguiente capítulo.

La hipótesis inicial de la que se parte es que, en este ámbito, no existen programas socioeducativos integrales adecuados al género y al perfil de las mujeres drogodependientes penadas que se encuentran en régimen de semilibertad, lo cual puede conducirlas al abandono de los programas en los que participan y, en definitiva, a un significativo fracaso en su reinserción social.

Este estudio pretende responder y verificar diversas cuestiones, fundamentadas en informes oficiales, estudios y publicaciones, relacionadas con:

- Diferentes patrones de consumo de drogas entre hombres y mujeres.

- Estructura y servicios masculinizados.

- Desconocimiento-indiferencia de los rasgos específicos de género. - Dominio de enfoques de intervención psicoterapéuticos/medicalizados.

- Oferta de programas en tareas auxiliares.

- Atención de baja calidad en el tratamiento de drogopendencias en comparación con los hombres/inexistencia de programas específicos.

- Alto índice de fracasos en los tratamientos/escasa representación femenina en los programas, etc.1

1. Objetivos

El objetivo general de la investigación se orientó a estudiar, desde la perspectiva de género, a las mujeres penadas en el sistema penitenciario español, teniendo en cuenta su relación con las drogas (adictas activas, adictas en programas de mantenimiento de metadona, ex adictas y no adictas), sus múltiples realidades, la evolución y procesos en la intervención socioeducativa, a fin de sentar las bases y proponer pautas para la acción que favorezcan y faciliten la in-reinserción social del colectivo.

Sin perder de vista el objetivo general del proyecto es necesario conocer otros aspectos que se plantean como objetivos específicos y que se pueden resumir en los siguientes objetivos específicos:

- Analizar los rasgos característicos de las mujeres del sistema penitenciario español.

- Identificar los problemas y las necesidades de este colectivo.

- Definir e identificar los perfiles relacionados con las drogas y conocer los patrones de consumo, recaídas y tratamientos antes de entrar en prisión y en el momento actual.

- Estudiar los factores protectores y motivacionales que pueden influir en la deshabituación del consumo de drogas y la preparación de una vida social normalizada.

- Analizar los programas que contemplen como destinatarias a mujeres reclusas en España orientados a la reinserción social.

- Proponer líneas de intervención socioeducativas que favorezcan y faciliten la in-reinserción social del colectivo, acorde al género, al perfil adictivo y a los rasgos característicos encontrados.

2. Planteamiento metodológico

La metodología de la presente investigación combina métodos cualitativos y cuantitativos al objeto de estudio, en respuesta y coherencia con la amplitud y multidimensionalidad de las cuestiones abordadas. Se parte de la concepción de la realidad social como una totalidad conformada por un tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, etc., que constituyen un mundo fenoménico (Ruiz, 2008). Por ello, abordar científicamente fenómenos sociales y educativos en particular supone adoptar un enfoque nuevo interdisciplinario e integrador, a fin de dar la complementariedad de enfoques, estrategias o procesos intervinientes (Bedmar y Añaños, 2006).

Así, concretamente emplearemos el enfoque y diseño denominado metodología multimétodo –EMM– (Bericat, 1998; Pérez, 2003) que contribuye a mejorar los procesos y productos de investigación (Tashakkori y Teddlie, 2003), ofrece información de mayor alcance respecto a los logros empleando los métodos separadamente (Bonoma, 1985), aporta la interacción de visiones, enriquece, complementa y amplía, profundiza y da rigor a las cuestiones analizadas (Denzin y Lincoln, 1994; Symonds y Gorard, 2010). Asimismo supera las perspectivas tradicionales del binarismo (cualitativo-cuantitativo) y enriquece la investigación en las Ciencias Sociales, especialmente desde campos socioeducativos (Eckardt, 2007); de tal modo que, permite mayores niveles de comprensión y abstracción dentro de una visión dialéctica, sistémica, dinámica, integral, etc. Todo ello sin dejar de lado la descripción, la interpretación y la crítica, orientada al análisis de la realidad evidente y la deseable, a fin de extraer y proponer acciones acordes a las mismas, a los principios de la Pedagogía y Educación Social y que supongan un cambio, una dinamización, una promoción, una mejora de las condiciones y calidad de vida de las reclusas, así como otros enfoques, políticas, procesos y métodos en las instancias involucradas.

3. Población y muestra

La población de interés son mujeres que se encuentran en el medio penitenciario clasificadas en segundo y tercer grado de cumplimiento de pena, así como, excepcionalmente, las clasificadas en primer grado, artículo 100.2, tanto en la Administración General del Estado –Instituciones Penitenciarias (IIPP)– como en la Generalitat de Cataluña. Se excluye el tercer grado de pena correspondiente al artículo 86.4 (telemáticas)2.

A fecha 25 de febrero de 2011, el número total de mujeres penadas clasificadas por grados (excluyendo preventivas) en España ascendía a 3484, de las cuales 510 correspondían a Cataluña, según el resumen semanal de población penada de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y de las estadísticas penitenciarias publicadas por la Generalitat de Cataluña (2011) en su página web (Tabla 1).

Hay que tener en cuenta que esta población es cambiante en cuanto a su ubicación debido a diversos motivos (traslados, juicios…) y que se fijó una fecha para iniciar el estudio, siendo conscientes de las posibles modificaciones que podrían existir al momento del estudio de campo.

TABLA 1. POBLACIÓN TOTAL DE MUJERES POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS PARA EL TERRITORIO NACIONAL

COMUNIDAD AUTÓNOMA

TOTALES

Andalucía

782

Aragón

89

Asturias

84

Baleares

122

Comunidad Autónoma de Ceuta

8

Comunidad Autónoma de Melilla

5

Canarias

156

Cantabria

12

Castilla-La Mancha

17

Castilla-León

375

Cataluña

510

Extremadura

33

Galicia

183

La Rioja

14

Madrid

690

Murcia

25

Navarra

13

País Vasco

81

Valencia

285

TOTAL ESPAÑA

3.484

Fuente: SGIP, 2011

El tipo de Centros en los que se localizaban estas mujeres es muy variado. Teniendo en cuenta la importancia singular que todos tienen en este estudio se decidió considerarlos por separado, diferenciando entre el medio abierto y el cerrado. En ambos casos, los Centros donde se encuentran estas mujeres son:

- En medio abierto: Centro de inserción social (CIS), unidades externas de madres (UE), unidades dependientes de madres (UDM) y Secciones abiertas (SA).

- En régimen cerrado: Centros penitenciarios (CP) y hospitales psiquiátricos penitenciarios (P). Dentro de los centros penitenciarios, las mujeres pueden estar en diferentes módulos entre los que destacamos: Módulo de mujeres (MM), módulo de respeto (MR), módulo familiar (MF), módulo de madres (UM), módulo o comunidad terapéutica (CT, que en Cataluña se llama DAE), unidades de tratamiento (UT) y unidades de tratamiento educativas (UTE).

Muestra

Para la selección de la muestra los criterios de inclusión considerados han sido:

- Mujeres mayores de edad.

- Mujeres penadas clasificadas en segundo o tercer grado de cumplimiento de pena, excluyendo las que estando en tercer grado de pena corresponden al artículo 86.4 (telemáticas).

- Mujeres clasificadas en primer grado artículo (100.2). Se incluyen en la muestra por combinar régimen abierto y cerrado y participar en programas especiales de tratamiento.

- Mujeres que cumpliendo los criterios señalados tengan conocimientos básicos de la lengua española.

Antes de indicar el tipo de muestreo que se ha utilizado es necesario poner de manifiesto algunos aspectos que estaban presentes en esta población y que influyen en su realización:

- A priori, no se conoce cuál es la población real de reclusas drogodependientes.

- Por razones de privacidad, no existe una relación nominal de las personas a encuestar, lo cual implica la imposibilidad de elegir o seleccionarlas.

- La participación en la encuesta es voluntaria, es decir, las encuestadas son las que eligen al encuestador. Lo mismo sucede en las entrevistas.

Una vez situados en el Centro, se hizo un muestreo aleatorio, cuyo tamaño venía determinado por el muestreo estratificado de partida, entre las personas que se ofrecían voluntarias; si bien interesaban mujeres drogodependientes, dada la dificultad para conocer a priori quienes eran, se optó por tomar la muestra entre todas aquellas que voluntariamente quisieran participar en el estudio. En la encuesta se establecieron unas preguntas que han permitido, con posterioridad a la observación de los datos, establecer las subpoblaciones de adictas activas (AA), adictas en programas de mantenimiento de metadona (PMM), ex adictas (EX) y no adictas (NA), como se explica ampliamente en el siguiente capítulo.

Sobre la población total bajo estudio, como ya se ha indicado anteriormente, se consideró un muestreo estratificado y por territorio con asignación a la muestra proporcional al tamaño, aunque con un reparto desequilibrado, en función de los Centros e interés especial por el tipo de enfoque o tratamiento que desarrollaban. Así se hizo un reparto para cada uno de los tipos de Centros eliminando aquellos en los que, por su reducido tamaño, el número de observaciones era muy bajo para el coste de desplazar a los encuestadores.

Se visitaron cuarenta y dos Centros de once Comunidades Autónomas.

GRÁFICO 1. NÚMERO DE CUESTIONARIOS DE MUJERES POR COMUNIDAD AUTÓNOMA

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Fuente: Elaboración propia

TABLA 2. DISTRIBUCIÓN DE LA MUESTRA POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS, CENTROS E INSTRUMENTOS VÁLIDOS: CUESTIONARIOS (C), ENTREVISTAS (E) Y PROGRAMAS (P)

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Fuente: Elaboración propia

La muestra en los cuestionarios (538) refleja aproximadamente el 15% de la población nacional femenina penitenciaria, con un tamaño de muestra igual a 0.15*3.484=523 mujeres. El margen de error de los datos referidos al total de la muestra (con un nivel de confianza del 95%) es de 3,9 puntos.

Por otro, se realizaron sesenta y una entrevistas. Las variaciones entre las cifras previstas y las realmente obtenidas obedecen a que, en ocasiones, las mujeres no quisieron participar, bien por ser su día libre, bien por tener otras actividades ya programadas o bien porque hubo más mujeres voluntarias dispuestas a participar en el estudio. Sumando la muestra total resulta 599 participantes, lo que representa el 17% de la población total femenina internada.

GRÁFICO 2. NÚMERO DE ENTREVISTAS PREVISTAS Y REALIZADAS POR COMUNIDAD AUTÓNOMA

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Fuente: Elaboración propia

Finalmente, para los profesionales se recogieron cuestionarios en veintiún Centros (la mitad de los visitados) obteniendo información sobre cuarenta y tres programas. El número de cuestionarios recogidos fue treinta y seis que corresponden al mismo número de profesionales que los cumplimentaron.

TABLA 3. CLASIFICACIÓN DE LOS CUESTIONARIOS PROFESIONALES Y PROGRAMAS POR COMUNIDAD AUTÓNOMA Y ENFOQUES

Comunidad Autónoma

Número de programas en los cuestionarios recogidos

Enfoque preferente de los programas

Andalucía

9

Educación social (2), Reinserción laboral (2), Género (2), Prev./Trat. drogodependencias (1), Reinserción social (1), Otros (1).

Aragón

2

Prev./Trat. drogodependencias (1), Género (1).

Baleares

8

Reinserción social (2), Reinserción laboral (2), Género (1), Educación social (1), Salud (1), Prev./Trat. drogodependencias (1).

Canarias

5

Educación social (2), Prev./Trat. drogodependencias (2), Reinserción laboral (1).

Castilla-León

4

Reinserción laboral (1), Género (1), Prev./Trat. drogodependencias (2).

Cataluña

5

Género (1), Otros (4).

C. Valenciana

3

Educación social (1), Trat. drogodependencias (1), Género (1).

Galicia

1

Género (1).

Madrid

6

Prev./Trat. drogodependencias (2), Reinserción laboral (1), Reinserción social (3).

TOTALES

43 programas

10 Prev./Trat. drogodependencias + 8 Género + 7 Educación Social e + 7 Reinserción laboral + 6 Reinserción social + 5 otros

Fuente: Elaboración propia

GRÁFICO 3. NÚMERO DE CUESTIONARIOS Y PROGRAMAS DE PROFESIONALES POR COMUNIDAD AUTÓNOMA

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Fuente: Elaboración propia

4. Instrumentos

La fuente principal de información ha sido, lógicamente, las mujeres objeto de estudio, pero también los profesionales encargados de los diversos programas socioeducativos que se llevan a cabo en el medio penitenciario.

Los instrumentos de recogida de información han sido de dos tipos: cuestionario para mujeres y para profesionales, y entrevista semiestructurada -cara a cara- con mujeres. Las entrevistas y las encuestas se realizaron de junio a octubre de 2011.

4.1. Cuestionario para mujeres

Consta de noventa y dos ítems divididos en cinco bloques. El tipo de encuesta podía ser autocumplimentada, guiada o mixta, dependiendo de las características de la mujer que realizara la encuesta. El cuestionario se compone principalmente de preguntas cerradas de respuesta múltiple, preguntas abiertas y preguntas filtro o condicionadas.

- Bloque 1: Recoge características sociodemográficas, infancia y algunos aspectos penales de estas mujeres.

- Bloque II: Algunas de las preguntas se refieren a cuestiones previas a prisión (trabajo, ingresos, educación) y profundiza en los programas específicos y/o socioeducativos ofertados o realizados en prisión.

- Bloque III: Se interesa por la relación de las mujeres con el personal penitenciario, con su familia, amigos, pareja, iguales, etc., sobre la vida en prisión y las consecuencias del internamiento.

- Bloque IV: Recoge variables de salud física y mental, así como sobre los tratamientos recibidos.

- Bloque V: Aborda el consumo de diversas sustancias, antes y después de la entrada en prisión, así como en la actualidad. También se analiza la participación en programas de tratamiento y las recaídas.

Para la validación del cuestionario, además de la evaluación del equipo de investigación, se hizo una consulta a expertos externos de diferentes áreas de investigación tales como Métodos Cuantitativos, Métodos de Investigación y diagnóstico en Educación y Sociología, pertenecientes a las universidades de Granada y País Vasco. Asimismo, se llevó a cabo una prueba piloto (seis cuestionarios y dos entrevistas) en Granada, el 25 y 26 de mayo de 2011 en el CIS “Matilde Cantos Fernández”, que sirvió para matizar algunas preguntas cuya formulación resultó confusa para las mujeres que hicieron la prueba.

4.2. Entrevista a mujeres

Para la entrevista semiestructurada -cara a cara-, se utiliza un guion de preguntas abiertas sobre los distintos aspectos personales, familiares, penitenciarios, adicciones, programas, etc. y en proximidad al cuestionario.

Otro aspecto muy importante era establecer, a priori, el número de personas a entrevistar. El objetivo no es solo la representación estadística, sino el contenido y la calidad de la información. Es importante que las personas seleccionadas pertenezcan al perfil que nos interesa (Hernández Sampieri, et al., 2003). Para ello, se consultó a un conjunto de expertos que consideraron que era adecuada una muestra de cincuenta entrevistas teniendo en cuenta su profundidad y contenido, estimando un tiempo aproximado de una hora por entrevista.

La prueba piloto, comentada anteriormente, sirvió también para matizar la entrevista al observar las cuestiones que resultaban más difíciles para las mujeres.

4.3. Cuestionario para profesionales

Consta de veintiuna preguntas que buscan conocer los programas más importantes que se están aplicando a este colectivo en España, así como las áreas en que se están trabajando, permitiendo identificar la existencia de áreas deficitarias u olvidadas. Estos programas se enmarcaban dentro de cuatro temas principales como son:

- Educación social.

- Prevención y/o tratamiento de drogodependencias.

- Reinserción social.

- Reinserción laboral: Formación profesional y empleo.

Se validó el instrumento de la misma manera que el cuestionario de mujeres.

5. Procedimiento

En todos los Centros a los que se acudió se establecía previamente una comunicación escrita y se concertaba una cita por teléfono en la que se informaba a la persona responsable (Subdirector o Subdirectora de Tratamiento en la mayoría de los casos) acerca del día o días en que se haría la visita, el perfil básico de la muestra (tanto cuestionario como entrevista semiestructurada) y el número aproximado de cuestionarios o entrevistas necesarios, teniendo siempre en cuenta la disponibilidad de cada Centro.

En algunos, los responsables eligieron previamente a las mujeres que formarían parte de la muestra, una vez que contaban con su disponibilidad y voluntad de participación, reuniéndolas en espacios donde poder trabajar con intimidad. Generalmente ese lugar ha sido la “escuela” puesto que allí había la infraestructura necesaria (mesas, sillas…) para rellenar los cuestionarios. En ningún caso se permitió al personal penitenciario estar presente durante la cumplimentación de los cuestionarios y/o la realización de las entrevistas, para preservar el anonimato y la libertad en las respuestas.

En aquellos casos en los que las mujeres no habían sido seleccionadas previamente, el proceso se llevaba a cabo ese mismo día por parte del personal penitenciario. En la mayoría de los casos, los educadores, trabajadores sociales, psicólogos y en general el personal penitenciario, ayudaban para obtener el mayor número de muestra posible, colaborando con interés.

Una vez reunidas las mujeres en un lugar apropiado, se les explicaba el proyecto, sus objetivos, la importancia de su implicación y sinceridad; y, previo consentimiento, se iniciaba el trabajo con los cuestionarios normalmente en grupos de cinco o seis a la vez y, en algunas ocasiones, si era necesario, formando grupos más grandes, de unas diez o doce mujeres. El tipo de procedimiento para cumplimentar los cuestionarios dependía del nivel de comprensión del idioma y del grado de competencias de lectoescritura, en función del cual la cumplimentación podía ser: autocumplimentada, guiada o mixta.

Las entrevistas se realizaban en sitios más íntimos y normalmente en espacios sin interrupciones ni ruido, siempre y cuando fuese posible. Para la realización de las entrevistas se seguía el mismo protocolo; es decir, se explicaba primero el proyecto, sus objetivos, etc., solicitando permiso a las mujeres para grabar su voz. La duración de la entrevista era de aproximadamente de cuarenta a sesenta minutos.

El protocolo para los cuestionarios de profesionales fue diferente ya que se enviaron por correo postal a todos los Centros seleccionados antes de que acudieran los encuestadores; en algunos casos se recogieron al terminar la visita, mientras que en otros los profesionales remitieron sus cuestionarios posteriormente por correo postal. En algunos Centros, los cuestionarios fueron cumplimentados por el personal penitenciario (responsables o educadores) y en otros por los responsables de los programas de las entidades colaboradoras en prisión. El número de Centros y profesionales que cumplimentaron el cuestionario de programas fue aproximadamente la mitad en relación con el número de Centros elegidos para realizar la investigación.

6. Tratamiento de la información

Para los cuestionarios (mujeres y profesionales) se creó una base de datos en el programa informático SPSS v. 15 y 20. Se diferencian tres etapas:

1. Fase de depuración: Una vez que se tuvo la base inicial se procedió a una depuración y revisión detallada de la misma. Este proceso se llevó a cabo de forma rigurosa y metódica empleándose bastante tiempo, dada la extensión y complejidad de las bases de los cuestionarios. El objetivo pretendido era detectar y eliminar, hasta donde fuese posible, aquellos errores o situaciones que pudiesen significar un problema grave, como por ejemplo cuestionarios prácticamente en blanco o que claramente no habían sido cumplimentados correctamente.

2. Fase de codificación: En esta etapa se procedió a categorizar y codificar las respuestas de manera que facilitara el proceso de tabulación y posterior obtención de resultados. Se realizó, además, la transcripción de las preguntas abiertas de los cuestionarios a un editor de ecuaciones para proceder a su categorización y clasificación.