portada

G. W. F. Hegel (Stuttgart, 1770-Berlín, 1831) es uno de los filósofos más relevantes de todos los tiempos, con una obra totalizante. Sobre él han escrito innumerables páginas Kant, Schelling, Marx, Heidegger, Sartre y Benjamin, entre muchos otros pensadores. Hegel realizó contribuciones fundamentales en una gran variedad de campos de la reflexión humana, que abarcan la filosofía de la historia, la epistemología, la estética y la ética social.

Gustavo Leyva es doctor en filosofía por la Universidad de Tubinga y profesor e investigador de tiempo completo en la UAM Iztapalapa. Ha publicado ampliamente sobre epistemología, estética, filosofía política y el pensamiento alemán. Para el FCE ha traducido Antropología en sentido pragmático de Immanuel Kant y Kant y el problema de la filosofía de Martin Heidegger, además de ser miembro del comité editorial de filosofía.

 

Fenomenología del espíritu

 

Traducción
WENCESLAO ROCES
RICARDO GUERRA

Edición, revisión de la traducción para esta nueva edición, traducción de la introducción, de las notas y los suplementos, preparación de índices onomástico y temático y del glosario, el posfacio y la bibliografía
GUSTAVO LEYVA

G. W. F. Hegel

Fenomenología del espíritu

Edición, notas, glosario, índices,
posfacio y bibliografía

GUSTAVO LEYVA

Fondo de Cultura Económica Sección de Obras de Filosofía

Primera edición en alemán, 1807

Primera edición en español, 1966

Edición histórico-crítica de las Gesammelte Werke de G. W. F. Hegel, 1980

Segunda edición en español, a partir de una nueva traducción basada en la edición histórico-crítica de las Gesammelte Werke de G. W. F. Hegel de 1980, 2017

Primera edición electrónica, 2017

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

contraportada

 

Índice general

Sumario

Nota editorial, Gustavo Leyva

Nota del traductor, Wenceslao Roces

Introducción, Wolfgang Bonsiepen

A. Sobre el concepto de fenomenología

B. Historia del surgimiento de la Fenomenología del espíritu

B.1. Planes de publicación e impresión final definitiva

B.2. El problema de una introducción a la filosofía

C. Concepción y contenido de la Fenomenología del espíritu

C.1. Curso de la argumentación de la obra

C.2. “Introducción” y “Prólogo”

D. Localización posterior de la Fenomenología del espíritu en la filosofía de Hegel

E. Sobre la historia de la recepción temprana

Indicaciones editoriales, Heinrich Clairmont y Hans-Friedrich Wessels

Portada original

Contenido [Inhalt]

Prólogo

I
CIENCIA DE LA FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU

[Introducción]

I. La certeza sensible; o el Esto y el querer decir por medio de la opinión [Das Meinen]

II. La percepción; o la cosa y la ilusión [Täuschung]

III. Fuerza y entendimiento, fenómeno [Erscheinung] y mundo suprasensible

IV. La verdad de la certeza de sí mismo

A. Autosuficiencia y no-autosuficiencia de la autoconciencia; dominación y servidumbre [Selbständigkeit und Unselbständigkeit des Selbstbewußtseins; Herrschaft und Knechtschaft ]

B. Libertad de la autoconciencia; estoicismo, escepticismo y la conciencia infeliz

V. Certeza y verdad de la razón

A. Razón observante

a) Observación de la naturaleza

b) La observación de la autoconciencia en su pureza y su relación con la realidad efectiva exterior; leyes lógicas y psicológicas

c) Observación de la relación de la autoconciencia con su realidad efectiva inmediata; fisiognómica y frenología

B. La realización efectiva de la autoconciencia racional mediante sí misma

a) El placer y la necesidad

b) La ley del corazón y el desvarío de la infatuación

c) La virtud y el curso del mundo

C. La individualidad que es en y para sí misma real [reell]

a) El reino animal espiritual y el engaño, o la cosa misma

b) La razón legisladora

c) La razón que examina leyes

[BB.] El espíritu

VI. El espíritu

A. El espíritu verdadero, la eticidad [die sitt lichkeit]

a) El mundo ético [die sitt liche welt], la ley humana y la ley divina, el hombre y la mujer

b) La acción ética [die sitt liche Handlung], el saber humano y el divino, la culpa y el destino

c) Estado jurídico [Rechtszustand]

B. El espíritu extrañado de sí; la formación por medio de la cultura [die Bildung]

I. El mundo del espíritu extrañado de sí

a) La formación por medio de la cultura [Bildung] y su reino de la realidad efectiva

b) La creencia de la fe y la intelección pura

II. La Ilustración

a) La lucha de la Ilustración contra la superstición

b) La verdad de la Ilustración

III. La libertad absoluta y el terror

C. El espíritu cierto de sí mismo. La moralidad

a) La visión moral del mundo

b) El desplazamiento simulador [die Verstellung]

c) La certeza moral [das Gewissen], el alma bella, el mal y su perdón

VII. La religión

A. Religión natural

a) La esencia luminosa

b) La planta y el animal

c) El maestro artesano

B. La religión del arte

a) La obra de arte abstracta

b) La obra de arte viviente

c) La obra de arte espiritual

C. La religión revelada

VIII. El saber absoluto

Suplementos [Beilagen]

I. Fragmentos de los trabajos previos

A. El saber absoluto [Das absolute Wissen]

B. “a) Derecho divino [Gött liches Recht]…”

C. La ciencia [Die Wissenschafft ]

II. Título intermedio original [Ursprünglicher Zwischentitel]

III. Anuncio de Hegel de la Fenomenología del espíritu [Selbstanzeige der “Phänomenologie des Geistes”]

IV. Apunte sobre la reelaboración para la segunda edición

Notas

Concordancia de páginas

Índice onomástico

Índice temático

Glosario (alemán / español)

Posfacio, Gustavo Leyva

Bibliografía

I. Ediciones

II. Diccionarios, enciclopedias, léxicos y manuales

a) Diccionarios de idiomas

a.1) Diccionarios en alemán

a.2) Diccionarios en español

a.3) Diccionarios en otros idiomas

b) Diccionarios y enciclopedias de historia de las ideas y filosofía

c) Diccionarios, enciclopedias, léxicos y manuales sobre Hegel en general

d) Diccionarios, enciclopedias, léxicos y manuales sobre la Fenomenología del espíritu

III. Bibliografía secundaria

 

Sumario

Nota editorial, Gustavo Leyva

Nota del traductor, Wenceslao Roces

Introducción, Wolfgang Bonsiepen

Indicaciones editoriales, Heinrich Clairmont y Hans-Friedrich Wessels

Portada original

Contenido [Inhalt]

Prólogo

I
CIENCIA DE LA FENOMENOLOGÍA DEL ESPÍRITU

[Introducción]

  1. La certeza sensible; o el Esto y el querer decir por medio de la opinión [Das Meinen]
  2. La percepción; o la cosa y la ilusión [Täuschung]
  3. Fuerza y entendimiento, fenómeno [Erscheinung] y mundo suprasensible
  4. La verdad de la certeza de sí mismo
  5. Certeza y verdad de la razón
  6. El espíritu
  7. La religión
  8. El saber absoluto

SUPLEMENTOS
 [BEILAGEN

  1. Fragmentos de los trabajos previos
  2. Título intermedio original [Ursprünglicher Zwischentitel]
  3. Anuncio de Hegel de la Fenomenología del espíritu [Selbstanzeige der “Phänomenologie des Geistes”]
  4. Apunte sobre la reelaboración para la segunda edición

Notas

Concordancia de páginas

Índice onomástico

Índice temático

Glosario (alemán / español)

Posfacio, Gustavo Leyva

Bibliografía

Índice general

 

Nota editorial

Hegels Sprache bricht die übliche Grammatik nur deshalb, weil sie Unerhörtes zu sagen hat, zu dem die bisherige Grammatik keine Handhabe bietet.*

ERNST BLOCH

Atendiendo a una solicitud planteada por el Fondo de Cultura Económica hace ya varios años, emprendí la labor de revisar, corregir y actualizar la traducción ya clásica de la Fenomenología del espíritu realizada por Wenceslao Roces en colaboración con Ricardo Guerra y publicada por este mismo sello editorial en 1966. Durante mucho tiempo ésta fue la única edición disponible en lengua española.1 La versión de la Fenomenología del espíritu ofrecida por Roces y Guerra tomaba como base el texto establecido inicialmente por G. Lasson y, posteriormente, por Johannes Hoffmeister publicado en 1937 por la editorial Felix Meiner en su famosa colección Philosophische Bibliothek. Esa versión se encontraba provista de una serie de epígrafes colocados por Lasson que, al modo de subtítulos, buscaban dar una mayor ordenación y claridad a un texto de difícil acceso como lo es el de la Fenomenología del espíritu. No fue sino hasta 1980 que Wolfgang Bonsiepen y Reinhard Heede editaron en el volumen 9 de la edición crítica de las obras de Hegel2 la que hoy en día es considerada como la versión definitiva de esta obra central de la filosofía moderna. Es esta edición la que he tomado como base para esta versión que ahora se ofrece al lector en lengua española. Al igual que en esta edición alemana ahora canónica, en esta en español también han sido suprimidos los subtítulos y epígrafes introducidos por Lasson, y retomados en su momento por Roces y Guerra, con el propósito de ofrecer al lector la versión original del texto legado por Hegel y permitirle enfrentar con ello los desafíos, dificultades y complejidad que su adecuada comprensión conlleva. Ellos tienen que ver no sólo con el dispositivo categorial desplegado por Hegel y con la marcha de su argumentación, en la que se articulan elementos tanto conceptuales como narrativos (de carácter histórico al igual que literario), y también, incluso, hasta con la utilización de la puntuación que Hegel hace y que en muchas ocasiones parece no seguir reglas precisas en el empleo de la coma, del punto y coma, de los guiones, etc., en lengua alemana.3 En las marcas y resaltes del texto, al igual que en la división, extensión y organización de los párrafos, esta edición se apega también a la versión de la Fenomenología publicada por Bonsiepen y Heede en el marco de las ya mencionadas Gesammelte Werke, a cuya paginación se remite por medio de la indicación de los números de página en el margen exterior y de un guión vertical punteado de separación de página que aparece en el cuerpo del texto ( ).4 Se han incluido también en esta versión tanto la cuidadosa “Introducción” escrita por Wolfgang Bonsiepen (pp. XXVII-LXVII) como las “Indicaciones editoriales” hechas por Heinrich Clairmont y Hans-Friedrich Wessels (pp. LXIX-LXXIII), ambas aparecidas en la edición ya citada de la Fenomenología en las Gesammelte Werke. Para esta edición hemos retomado, además, los “Suplementos [Beilagen]” que aparecen también en la edición crítica mencionada. Se trata de textos de extensión muy breve y de carácter más bien fragmentario que permiten comprender un poco mejor la historia del surgimiento de la obra y el plan para su reedición (pp. 383-398). También de importancia para una adecuada comprensión de la Fenomenología del espíritu son las notas de comentario al texto aparecidas en la edición de las Gesammelte Werke y desarrolladas y complementadas en la edición publicada en la Philosophische Bibliothek (vol. 414) de la editorial Felix Meiner (Hamburgo, 1988; reedición especial en 2006). Ellas aparecen en esta edición en la forma de notas de comentario al final del texto (“Notas” en pp. 399-464). He incorporado a esta edición también la tabla de “Concordancia de páginas” (pp. 465-470) y el “Índice onomástico” (pp. 471-472) que aparecen en esa misma reedición especial publicada por la editorial Felix Meiner. Por lo que se refiere a este último, los nombres que en él aparecen se refieren solamente al texto de la Fenomenología del espíritu establecido por el propio Hegel y a personajes históricos y realmente existentes, dejándose de lado por tanto personajes ficticios (por ejemplo, los de Antígona o Hamlet). Algunos giros, como, por ejemplo, “cartesiano”, se encuentran bajo el nombre “Descartes”. En lo que concierne a las “Concordancias”, en la tabla correspondiente se establece una correlación de la paginación entre las ediciones clásicas de la Fenomenología del espíritu en alemán, que permite al lector localizar más fácilmente pasajes o citas relevantes de esta obra. Las ediciones que en ella se consideran son las siguientes: Erstausgabe [1ª ed.], 1807; la primera edición de la Freundesvereins-Ausgabe, vol. 2 (Berlín, 1832); la segunda edición de la misma Freundesvereins-Ausgabe, vol. 2 (Berlín, 1841); la edición preparada por J. Hoffmeister (Hoffmeister-Ausgabe, Hamburgo, 1a ed., 1937; 6a ed., 1952); la Theorie Werkausgabe (Fráncfort del Meno, 1970); la edición aparecida en el marco de las Gesammelte Werke, vol. 9 (Hamburgo, 1980); así como la publicada por la Philosophische Bibliothek (vol. 414) de la editorial Felix Meiner (Hamburgo, 1988, reedición especial en 2006) ya mencionadas. He agregado a ellas, además, la paginación correspondiente a la versión hecha por Roces y Guerra al igual que la que se refiere a esta edición. A pesar de las dificultades inherentes a la formación de un índice lexical de conceptos derivadas en buena medida del propio estilo literario de Hegel, en esta edición presento también un “Índice temático” (pp. 473-492) que no aparece en ninguna de las versiones anteriormente señaladas. Este índice ha sido elaborado directamente y en su totalidad por quien esto escribe a partir de los trabajos realizados por Joseph Gauvin en su Wortindex zu Hegels Phänomenologie des Geistes (Hegel-Studien, supl. 14, Bouvier, Bonn, 1977);5 Jean Hyppolite, en el cuidadoso Index analytique des tomes i et ii, así como en la Liste des termes allemands que aparecen al final del segundo volumen de su pionera traducción de la Fenomenología al francés; Hemult Reinicke, en el Register presentado en el volumen 20 de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Werke (Suhrkamp, Fráncfort del Meno, 1979); Gwendoline Jarczyk y Pierre-Jean Labarriére, en su cuidada edición de Phénoménologie de l’esprit. Traducción, apéndices y notas de Gwendoline Jarczyk y Pierre-Jean Labarriére (Gallimard, París, 2002, pp. 711-916) y, finalmente, Ludwig Siep, en Der Weg der Phänomenologie des Geistes (Suhrkamp, Fráncfort del Meno, 2000). Se han considerado, además, los léxicos elaborados por Glockner (Hegel-Lexikon, 4 vols., Frommann, Stuttgart, pp. 1935-1939), Inwood (A Hegel Dictionary, Blackwell, Oxford [UK], Cambridge [Mass.], 1992), Cobben (ed.) (Hegel-Lexikon, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 2006) y Bourgeois (Le vocabulaire de Hegel, Ellipses, París, 2011).6 He incluido, además, un “Glosario (alemán / español)” (pp. 493-502) con el propósito de ayudar al lector a una comprensión más precisa tanto de esta traducción como —espero— de la propia terminología hegeliana. He añadido a esta edición un “Posfacio” en el que se da cuenta de algunas líneas en las que se expresa la recepción y discusión de la Fenomenología del espíritu en los debates filosóficos recientes, con lo cual se afirma la incuestionable actualidad de esta obra considerada con justicia como clásica. Esta versión se cierra, finalmente, con una “Bibliografía” que se basa en la que aparece en la edición especial de la Fenomenología del espíritu publicada en 2006 por la prestigiada editorial Felix Meiner.7 Esa bibliografía, sin embargo, presentaba dos insuficiencias: por un lado, no contemplaba la bibliografía sobre la Fenomenología del espíritu publicada en lengua española —tampoco en la portuguesa—; y, por el otro, contenía libros y artículos aparecidos hasta 1987. Se imponía por ello una revisión y actualización que atendiera estas dos carencias. El resultado final es el que se presenta en la parte final de esta edición (pp. 513-544).

* * *

La versión que ahora se ofrece al lector es, como ya se ha dicho, una revisión, corrección y actualización de la de Wencesalo Roces y Ricardo Guerra que me sigue pareciendo aún ahora, después de la aparición de otras cuidadas versiones al español,8 un logro excepcional. La he tomado por ello como eje de esta que ahora presento al lector en lengua española, aunque he hecho algunas modificaciones y correcciones, especialmente en el plano lexicológico y referido a la traducción de algunos conceptos, términos y expresiones que me parecen centrales para una correcta comprensión de la Fenomenología del espíritu en particular y del pensamiento de Hegel en general. Me refiero a continuación solamente a algunos de los cambios más significativos que he emprendido.9

En efecto, la revisión, corrección y actualización de la versión ofrecida por Roces y Guerra ha tenido como uno de sus principios rectores, en primer lugar, el de la búsqueda tanto de la corrección como de la precisión en el plano estilístico (en el ritmo, en la construcción de las oraciones y en la organización de los párrafos, algo que en el caso de Hegel es especialmente difícil), al igual que en el lexicológico (especialmente en la dimensión semántica) y, por supuesto, en el filosófico. Es así que se ha procedido a la traducción, por ejemplo, de reines Bewußtsein no como “pura conciencia”, sino más bien como “conciencia pura”; análogamente, reiner Begriff se ha traducido como “concepto puro” y no como “puro concepto”, reine Pflicht como “deber puro” y no como “puro deber”, etc. Hasta donde ello ha sido posible, se ha buscado una utilización de formas gramaticales en español que sean las mismas o bien análogas a las que Hegel emplea en alemán. Así, por ejemplo, se ha recurrido al participio del presente (a pesar de sus eventuales resonancias arcaicas que remiten al latín) para traducir beobachtende Vernunft por “razón observante” y no por “razón observadora”. Se ha procedido también a la introducción de letra versal en los casos en que Hegel emplea la sustantivación de algún adjetivo o pronombre que, de ese modo, adquieren relevancia en su análisis filosófico. Pienso especialmente en “el Esto” para das Diese, “el Ahora” para das Jetzt, o “el Aquí” para das Hier, tal y como estos términos se analizan especialmente en el apartado consagrado a “La certeza sensible…” (pp. 54-60 de esta edición).

En esta versión se ha procedido también, en segundo lugar, a la corrección en la traducción de términos y conceptos cuya versión en español no era necesariamente incorrecta pero que, sin embargo, necesitaba adecuarse al modo en que el término o concepto en cuestión han sido traducidos e incorporados en las traducciones canónicas de Hegel a otras lenguas, al igual que en la literatura secundaria sobre este pensador, atendiendo, además, en general, al uso que de ellos se hace en el lenguaje filosófico. Así, por ejemplo, se ha traducido Begierde no como “apetencia”, sino más bien —siguiendo en esto la versión francesa de Jarczyk y Labarriére10 (désir) y de Pinkard11 (desire) — como “deseo”, y el verbo begehren y el adjetivo begehrend formado a partir del participio de presente de ese mismo verbo, como “desear” y “deseante” o “que desea”, respectivamente. Por razones análogas, se ha traducido Bestimmtheit no por “determinabilidad” como lo hacían Roces y Guerra (acaso inspirados en este punto por la influyente traducción de la Fenomenología al francés hecha por Jean Hyppolite y publicada en 1939-1941,12 donde se había elegido la expresión francesa déterminabilité), sino por “determinidad”, atendiendo a la forma hoy habitual en que se traduce este término empleado por Hegel ( Jarczyk y Labarriére y Pinkard han empleado déterminité y determinateness, respectivamente). Entzweiung, por su parte, debe ser traducido más bien, como es hoy habitual entre los especialistas en Hegel, por escisión, no por desdoblamiento. De la misma manera, a fin de evitar cualquier posible confusión, Rechtszustand se ha vertido al español por “Estado jurídico” y no por “Estado de Derecho”, forma política específicamente moderna y vinculada con la noción de un Derecho basado sobre el principio rector establecido por los Derechos Humanos para la que la lengua alemana posee en realidad una expresión distinta: la de Rechtsstaat o Rechtsstaatlichkeit. Por su parte, Glückseligkeit se ha traducido por “felicidad” y no por “dicha”, pues es el primer término el que ha sido empleado en lengua española para traducir esa expresión alemana no sólo en el uso que de ella hace Hegel sino, en general, en el empleo que se le ha dado en la filosofía alemana especialmente desde Kant.13 En este punto no parece ser posible romper el empleo del mismo término en español para la expresión alemana Glück, aunque ésta mantiene, sin embargo, la ambivalencia de significar tanto felicidad como fortuna e incluso suerte asociadas a la contingencia.14 Fue en este mismo sentido que opté por traducir Zufall y Zufälligkeit por contingencia (y me parece que en este punto le asiste la razón a Pinkard, quien optó a su vez por la expresión inglesa contingency). Algunas expresiones como Herrschaft planteaban dificultades en la medida en que, en efecto, podía ser traducida correctamente por “señorío” —pienso especialmente en el apartado “Autosuficiencia y no-autosuficiencia de la autoconciencia; dominación y servidumbre [Selbständigkeit und Unselbständigkeit des Selbstbewuβtseins; Herrschaft und Knechtschaft]” (pp. 95-101 de esta edición)—. No obstante, en el texto de Hegel esta expresión alemana se emplea al mismo tiempo en el sentido más amplio de “dominación” (y no sólo de la “dominación señorial” propia del feudalismo) y es ésta, por tanto, la expresión por la que me he decidido. Otras expresiones que colocan al traductor ante ciertas dificultades son las de Selbständigkeit y Unselbständigkeit, traducidas por Roces y Guerra (probablemente siguiendo aquí de nuevo, al menos parcialmente, a Hyppolite, quien había optado por indépendance y dépendance) como “independencia” y “sujeción”, respectivamente. Aunque en español habría sido posible introducir los términos de “autonomía” y “no-autonomía” o “heteronomía” para las expresiones en alemán arriba citadas (como lo hace en efecto Lefebvre en su versión al francés),15 opté mejor —siguiendo en este punto en parte a Terry Pinkard, quien emplea selfsufficiency para la primera de ellas—, por “autosuficiencia” y “no-autosuficiencia”.

Acaso de mayor significación han sido las correcciones y matices introducidos a propósito de las expresiones alemanas Erscheinung y erscheinen, por un lado, y de Wirklichkeit y todas las asociadas a ella como Verwirklichung, wirklich, etc. En el caso de la primera, Roces y Guerra optaron por la voz española “manifestación”, dejando de lado el sentido específicamente filosófico que tiene el término Erscheinung, por lo menos desde Kant,16 en el sentido estricto de “fenómeno” y de “aparición fenoménica”, por lo que el verbo correspondiente erscheinen debe ser traducido también como “aparecer fenoménicamente” (es en este sentido que también procedieron, a mi entender correctamente, Jarczyk y Labarrière al usar phénomène y Lefebvre17 al elegir para erscheinen, aparition phénoménale). En este punto me aparté tanto de la interpretación de Cicero, quien propone fenomeno, pero también apparenza y manifestazione,18 como de la cuidadosa versión de Pinkard, quien opta por appearance, pues con ello se abría la vía para una confusión entre Erscheinung y la palabra alemana Schein, que en español no puede sino ser vertida como “apariencia”. El caso de Wirklichkeit y de las expresiones a ella asociadas era hasta cierto punto más fácil pues, a pesar de que en la Fenomenología del espíritu Hegel aun no precisa en forma clara el significado específico que esta expresión adquiriría en obras posteriores,19 existe un consenso prácticamente unánime entre los especialistas en la obra del filósofo alemán por traducirla como “efectividad” o “realidad efectiva” (así, por ejemplo, Jarczyk y Labarrière y Lefebvre traducen al francés por effectivité y wirklich por effectif, mientras que Meneses, el traductor portugués,20 lo hace por efetividade; sólo Pinkard parece apartarse de esta línea al haber elegido actuality); Verwirklichung por “realización efectiva” y wirklich —sea como adjetivo o como adverbio— por “efectivamente real”. Realität, en cambio, ha sido traducido simplemente como “realidad” y las voces alemanas real y reel como “real”, indicando en cada caso entre corchetes cuando una o la otra son empleadas en el texto original de Hegel. A fin de evitar cualquier posible confusión opté, además, por traducir la expresión in der Tat empleada a veces por Hegel no por “en realidad” —como lo habían hecho Roces y Guerra—, sino por “de hecho”. Dasein, en cambio, lo traduje por “existencia”, modificando la versión de Roces y Guerra, quienes, acaso por un influjo proveniente de Heidegger, lo habían hecho como “ser allí”. Con ello seguí no sólo la elección de Pinkard, quien también opta por existence, sino también el uso que ya desde Wolff y, posteriormente, en la época de Kant, se había dado a esta expresión en el sentido de existencia,21 al igual que el empleo que Hegel hace de este término en pasajes en los que habla, por ejemplo, de organisches Dasein (“existencia orgánica”, cf. pp. 135, 138 y 167), de tierisches Dasein (“existencia animal”, pp. 159 y 333), de Dasein des Gesetzes (“existencia de la ley”, p. 203), utilizando Dasein y Existenz en forma prácticamente sinónima. Para ambas expresiones se usa en esta versión la palabra “existencia”, indicando de cualquier forma entre corchetes el momento en que Hegel hace uso de la voz alemana Existenz. También de importancia son las traducciones de Entfremdung —expresión en la que se enlazan resonancias no sólo filosóficas, sino también jurídicas y teológicas—22 sólo mediante el término de “extrañamiento” y, en ese mismo sentido, el sustantivo Fremde por “lo extraño”. De la misma manera, y aquí no resulta en modo alguno fácil poder realizar una diferenciación utilizando tres términos en español distintos, Äußerung, Entäußerung y Veräußerung —que en alemán pertenecen prácticamente al mismo campo semántico que el del término Entfremdung— han sido traducidos por “exteriorización” (en este punto me aparto tanto de Roces y Guerra, que traducen Entäusserung por “enajenación”, lo mismo que de Hyppolite, que opta por aliénation, e incluso, aún más, de Pinkard y Meneses que prefieren emptying y extrusao, respectivamente, pues con ello recargan el término hegeliano de connotaciones religiosas que no son las únicas que el término alemán necesariamente posee;23 me ha parecido más adecuada por ello la elección tomada por Jarczyk y Labarriére de extériorisation). El sustantivo Verstellung y el verbo verstellen, finalmente, que son de importancia central en el apartado “b. El desplazamiento simulador [die Verstellung]”, del capítulo “C. El espíritu cierto de sí mismo. La moralidad” (p. 285), han sido traducidos por “desplazamiento simulador” y “desplazar de forma simuladora”, que son más precisos y adecuados al sentido con el que aparecen empleados en el texto hegeliano que los de “deformación” y “deformar”, respectivamente.

En esta versión se ha buscado también, en tercer lugar, ofrecer una traducción de términos en alemán que eliminara en lo posible tanto la vaguedad —y en este sentido se buscó siempre la mayor precisión— como la ambigüedad —y por eso se procuró, en la medida de lo posible, ofrecer un término español diferente para cada término alemán, evitando así que una misma palabra en nuestra lengua se empleara para dos términos también distintos en alemán—; a una y otra se han intentado oponer la mayor claridad y precisión posibles. En el caso de la ambigüedad, sin embargo, he encontrado términos en alemán que, a pesar de poseer significados distintos, no han podido ser traducidos por medio de expresiones también distintas al español so pena de introducir algún giro demasiado artificial o un neologismo que dificultara la adecuada comprensión y la lectura fluida del texto por parte del lector, algo que deseaba evitar a toda costa. Así, por ejemplo, usé la misma expresión en español “representación” para las voces alemanas Vorstellung y Repräsentation, “convicción” tanto para Gesinnung como para Überzeugung (en el caso de la primera, el giro tournure d’esprit propuesto por Jarczyk y Labarriére me parecía demasiado artificioso y el de disposition de Pinkard, impreciso, pues, por lo menos desde Kant, se dispone en alemán del término Anlage para “disposición”). Algo similar ocurre con el término “propiedad”, con el que se han vertido al español tanto Eigentum (es decir, la propiedad en el sentido del derecho o facultad de poseer algo y poder disponer de ello dentro de los límites legales en el sentido jurídico del término) como Eigenschaft, en el sentido de atributo, característica o cualidad de alguien o algo. Dejé, asimismo, “cualidad” para traducir las voces alemanas Beschaffenheit y Qualität. La palabra “orden” se emplea en esta versión tanto para Ordnung, en el sentido de la disposición y estructura que mantienen las cosas o personas entre sí y del principio y regla que gobierna sus relaciones, como para Befehl, en el sentido de mandato que se debe obedecer, observar y ejecutar, dejando la expresión “mandato” más bien para Gebot. Igualmente, en forma análoga a la de Pinkard, quien opta por sensibility para ambas, “sensibilidad” se empleó en la traducción tanto de Sinnlichkeit como de Sensibilität, indicando en el cuerpo del texto cuando se emplea esta última expresión en alemán. Algo similar ocurrió con la palabra “necesidad” empleada para verter a nuestra lengua tanto Bedürfnis, en el sentido de una carencia, de un requerimiento a ser satisfecho para que un organismo pueda mantenerse en vida, como de Notwendigkeit, entendida como concepto que apunta a lo que no puede ser de otra manera y, en ese sentido, opuesto a “contingencia” (distinción un poco más fácil de plantear en la lengua inglesa mediante la diferencia entre need y necessity, o en la francesa a través de la distinción entre besoin y nécessité, una vez que se renuncia a la alternativa —me parece que un tanto artificiosa y en último término incorrecta porque ella tiene una connotación de precariedad y pobreza que la voz en alemán no necesariamente posee— de menesterosidad, empleada para Bedürfnis por un traductor tan cuidadoso como Valls Plana).24 Algo similar ocurre con la expresión alemana Gewalt que mantiene el doble significado tanto de “violencia” como de “poder”, palabra para la que existe en alemán, como se sabe, una expresión precisa que es Macht (en esta versión se indica entre corchetes los casos en que Gewalt se ha vertido al español sea por “violencia” o sea por “poder”).25 Cuatro últimos casos me parece que son en este sentido de especial relevancia para una adecuada comprensión del texto de Hegel. El primero de ellos es el de “comunidad”, palabra en español empleada tanto para Gemeinwesen como para Gemeinschaft y aun para Gemeinde. Aunque Gemeinwesen suele ser empleado en alemán como sinónimo de la voz inglesa commonwealth y podría por ello ser traducida al español como “comunidad política” e incluso “república”26 (es en este sentido que se mueven las versiones tanto de Jarczyk y Labarriére como la de Pinkard, quienes eligen essence-commun y polity, respectivamente), me parecía que esta opción podría implicar una violencia al texto hegeliano y por ello renuncié a ella limitándome a indicar entre corchetes al lector los pasajes del texto en el que el término “comunidad” traduce la voz alemana Gemeinwesen. Por su parte Gemeinde se refiere tanto a una comunidad administrativa de carácter político delimitada territorialmente como también, y acaso sobre todo, a una comunidad administrativa de carácter específicamente religioso.27 Evitando de nuevo cualquier tentativa de traducción forzada por “comunidad religiosa” (esta última es la opción seguida, por ejemplo, por Pinkard cuando elige religious community), me limité otra vez a emplear la voz española “comunidad”, indicando entre corchetes los pasajes en los que Hegel usa en alemán la expresión Gemeinde. El segundo caso se refiere a las expresiones alemanas Bewußtsein y Gewissen, pues la lengua española ofrece en uno y otro caso una misma palabra: conciencia. La primera expresión alemana —esto es la de Bewußtsein— tiene, sin embargo, un sentido más general tanto en el plano cognitivo como en el moral y remite así a la totalidad de los estados mentales de un sujeto mediante los cuales éste es consciente tanto del mundo exterior, como de los otros sujetos y de sí mismo (es en este último sentido que en Hegel y, en general, en la filosofía alemana, por lo menos desde Kant, se usa, por ejemplo, la expresión Bewußtsein y la asociada a ella de Selbstbewußtsein como “autoconciencia”). Gewissen, por su parte, posee en alemán una connotación de conciencia moral del bien o del mal vinculada a la propia acción y responsabilidad por los actos realizados y al deber ante una instancia determinada que puede ser el propio sujeto.28 Roces y Guerra eligieron por ello (y en este punto fueron seguidos en la traducción al portugués de Meneses), no sin razón, para Gewissen la expresión “buena conciencia”. Yo, en cambio, intentando en este punto evitar la ambigüedad no disuelta por el cuidadoso Pinkard, quien traduce por conscience, encontré más acertada la solución de Jarczyk y Labarriére al elegir certitude-morale y opté también por certeza moral. El tercero de los casos relevantes tiene que ver con la traducción tanto de Ding como de Sache por la misma palabra al español: “cosa”. Hegel mismo plantea esta distinción en forma clara en el propio texto de la Fenomenología del espíritu (pp. 223 y ss. en la paginación del original alemán que corresponde a las páginas 197 y ss. de esta edición). No obstante, difícilmente puede establecerse esta distinción acudiendo a dos vocablos que fueran también diferentes en español sin incurrir en una solución artificial que oscureciera la comprensión clara y la lectura fluida del texto. Como en los casos anteriores, me limité a indicar los momentos en que Hegel usa en alemán sea Ding o sea Sache en aquellos pasajes en los que la distinción entre uno y otro términos es relevante, introduciendo así uno u otro vocablo entre corchetes. Algo similar ocurre, finalmente, en el cuarto y último de los casos que deseo mencionar aquí, a saber: el del empleo de las palabras “objeto”, “objetividad” y “objetivo” u “objetivamente” para traducir al español las expresiones alemanas Objekt y Gegenstand, por un lado, Objektivität y Gegenständlichkeit, por el otro, y, finalmente, objektiv y gegenständlich, respectivamente. Por las razones ya mencionadas, aquí tampoco quise introducir un neologismo ni tampoco un giro que fuera demasiado articifial en español (por ejemplo, el de “objetualidad” o, siguiendo a Jarczyk y Labarriére quienes eligen ob-jectivité, el de “ob-jetividad” para Gegenständlichkeit, “ob-jeto” para Gegenstand y “ob-jetivo” y “ob-jetivamente” para gegenständlich), y dejé simplemente “objeto”, “objetividad” y, finalmente, “objetivo” u “objetivamente”, introduciendo entre corchetes, como en el caso anterior en el que me refería a Ding y Sache, los términos en alemán Gegenstand, Gegenständlichkeit y gegenständlich en aquellos casos en que es relevante hacerlo para una comprensión adecuada del texto hegeliano.

Me he atrevido a ofrecer en esta versión, en cuarto lugar, algunos giros que han buscado ser lo menos osados y, al mismo tiempo, lo más simples y claros posible con el propósito de ofrecer al lector una comprensión terminológica y filosófica más precisa del texto. Destaco solamente cuatro ejemplos. El primero de ellos tiene que ver con la traducción al español del sustantivo Meinung y del verbo meinen. En este punto Roces y Guerra recurrieron la mayoría de las veces a los términos “suposición” y “suponer”. Tanto Hyppolite como Jarczyk y Labarriére optaron, con razón, por opinion y opiner, y es en este mismo sentido que se decidió también Pinkard al elegir opinion y meaning something La expresión alemana meinen —y, correspondientemente, también la de Meinung— tienen en esa lengua el doble sentido tanto de tener un determinado punto de vista acerca de algo como el de querer decir o expresar algo. Es eso lo que me llevó a traducir estas expresiones por “querer decir por medio de la opinión” en algunos casos y por “suposición” e incluso por “opinión” en otros, dependiendo del contexto en el que esos términos aparecen. El segundo tiene que ver también con la ambivalencia que posee la expresión alemana Glaube que significa “creencia” tanto en el sentido general de un estado mental de una persona vinculado a una convicción subjetiva no fundamentada por medio de hechos o razones, como en el sentido particular de una creencia específicamente religiosa, esto es, de fe. No pienso que sea correcto traducir este término sin más por “fe” en todas sus ocurrencias en la Fenomenología del espíritu, aunque en algunos pasajes de esta obra —especialmente en el apartado “B. El espíritu extrañado de sí; la formación por medio de la cultura [die Bildung]” (pp. 233 y ss. de esta edición)— sí sea ése, en efecto, su sentido. Es por eso que recurrí tanto a las expresiones “creencia” y “creer” como, en los casos en los que el contexto así lo imponía, a las de “creencia de la fe” y “creer mediante la fe”. El tercer caso tiene que ver con la voz alemana Bildung y con el verbo y participio de presente que funciona como adjetivo a ella asociados: bilden y bildend. Estas expresiones significan inicialmente “formación”, “formar” y “formativo”, respectivamente. No obstante, por lo menos desde la época de la Aufklärung, la expresión Bildung asumió en alemán el significado específico de formación cultural del ser humano que éste logra a través de sí mismo y de sus obras en el interior de una sociedad y en el curso de un proceso de desarrollo histórico.29 Es por eso que he traducido Bildung por “formación por medio de la cultura” (en el mismo sentido ha ido Pinkard al proponer cultural development y Jarczyk y Labarriére al elegir culture, aunque con esta última vía se elimina infelizmente la dimensión formativa y procesual que para el Hegel de la Fenomenología posee la cultura) y sus expresiones asociadas por variaciones correspondientes (“formar por medio de la cultura”, etc.). Finalmente, la expresión Erinnerung, que en alemán significa inicialmente “recuerdo”, posee para Hegel en la Fenomenología, al mismo tiempo, la connotación de un proceso de interiorización reflexiva de la conciencia dentro de sí misma (esto aparece en forma especialmente clara en las últimas páginas de esta obra; véase al respecto el último apartado: “VIII. El saber absoluto” pp. 372-382 de esta edición). Es por ello que me decidí por una expresión que cubriera a la vez ambas dimensiones de esta palabra alemana —esto es, tanto la del recuerdo como la de la interiorización— y opté así por la de “interiorización mediante el recuerdo”.

Para concluir me referiré, en quinto y último lugar, a un concepto central en esta obra, es decir, al término Aufhebung y al verbo a él asociado aufheben —utilizado también en forma sustantivada—, traducidos por Roces y Guerra por “superación” y “superar”, respectivamente. Hegel asigna a estas expresiones en la propia Fenomenología del espíritu un significado doble y señala así en un pasaje lo siguiente:

El superar [das Aufheben] presenta su verdadera doble significación que hemos visto en lo negativo: es al mismo tiempo un negar y un conservar [Das Aufheben stellt seine wahrhafte gedoppelte Bedeutung dar, welchen wir an dem Negativen gesehen haben; es ist ein Negieren und ein Aufbewahren zugleich]… (p. 62 de esta edición).

Y, en otro momento igualmente significativo, anota lo siguiente:

Su acto [Tat] es la negación abstracta, no la negación de la conciencia, la cual supera de tal modo que mantiene y conserva lo superado, sobreviviendo con ello a su llegar a ser superada [welches so aufhebt, daß es das Aufgehobene aufbewährt und erhält und hiermit sein Aufgehobenwerden überlebt] (p. 98 de esta edición).

La compleja estratificación del significado de estos términos ha planteado dificultades a los traductores y lectores de Hegel, especialmente a los de otras lenguas distintas del alemán. Así, por ejemplo, Hyppolite propuso traducir Aufhebung y aufheben por suppresion y supprimer (en algunas ocasiones emplea incluso dépasser), respectivamente, Lefebvre por abolition y abolir, Jarczyk y Labarriére por sursumer y sursomption; Cicero, por su parte, propone la expresión italiana rimozione para Aufhebung, mientras que Pinkard y Meneses ofrecen sublation en inglés y suprassunção o supressão en portugués, respectivamente. La expresión en alemán tiene, sin embargo (y en este punto debo agradecer la puntual observación que me ha hecho Ludwig Siep), una unidad de significado en la que se integran los sentidos de tres expresiones en latín, a saber: tollere (que remite, a su vez, al término griego áναιρεiν), conservare y elevare,30suprassumirAufhebungaufheben.Fenomenología