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Título

Universidad del Valle

Programa Editorial

Título: Usos múltiples del agua como una estrategia para la reducción de la pobreza: experiencias y propuestas para el contexto colombiano

Compiladora: Inés Restrepo Tarquino

ISBN: 9789587654424

Colección: Ciencias Naturales y Exactas

Rector de la Universidad del Valle: Iván Enrique Ramos Calderón

Vicerrectora de Investigaciones: Carolina Isaza de Lourido

Directora del Programa Editorial: Doris Hinestroza Gutiérres

Diseño de carátula: Artes Gráficas del Valle

Imagen de carátula: http://farm1.static.flickr.com/212/523383835 d7006100a5 o.jpg

© Universidad del Valle

© Inés Restrepo Tarquino

Universidad del Valle

Ciudad Universitaria, Meléndez

A.A. 025360

Cali, Colombia

Teléfono: (+57) 2 321 2227 – Telefax: (+57) 2 330 8877

editorial@univalle.edu.co

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Este libro, o parte de él no puede ser reproducido por ningún medio sin autorización escrita de la Universidad del Valle.

Cali, Colombia, marzo de 2013

Éramos reyes y nos volvieron esclavos

Éramos hijos del sol y nos consolaron con medallas de lata

Éramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras

Éramos felices y nos civilizaron

¿Quién refrescará la memoria de la tribu?

¿Quién revivirá nuestros dioses?

Que la salvaje esperanza siempre sea tuya querida alma inamansable

Fuego en el altar (Gonzalo Arango, poeta colombiano)

CONTENIDO

Resumen ejecutivo

Presentación

Introducción

Capítulo 1

La pobreza y el hambre en Colombia

Inés Restrepo Tarquino

Capítulo 2

Servicios de agua en las zonas rurales

Inés Restrepo Tarquino

Capítulo 3

Marco conceptual

Inés Restrepo Tarquino

Capítulo 4

La investigación en usos múltiples del agua en la zona rural

Inés Restrepo Tarquino

Resultados de la investigación

Capítulo 5

Evaluación de la estrategia de Alianzas para el aprendizaje

Silvia Milena Corrales e Isabel Cristina Domínguez

Capítulo 6

Análisis de las intervenciones realizadas por el PAAR desde la perspectiva de usos múltiples del agua

Silvia Milena Corrales e Isabel Cristina Domínguez

Capítulo 7

La Palma-tres puertas: un acueducto de uso múltiple

Silvia Milena Corrales e Isabel Cristina Domínguez

Capítulo 8

Cajamarca: una comunidad a la que el acceso al agua le permitió mejorar su calidad de vida

Silvia Milena Corrales e Isabel Cristina Domínguez

Capítulo 9

Propuesta para el manejo del agua en fincas productivas del Quindío

Marco Antonio Barrios

Capítulo 10

Multiples usos del agua en una cuenca de los andes y su relación con el uso del suelo

Clara Eugenia Roa

Capítulo 11

Múltiples usos del agua en la vivienda: usos y priorización con perspectiva de género. Caso Costa Rica (Valle)

Andreína Ríos Rúa y Vladimir Correa Campo

Capítulo 12

Funcionamiento de sistemas de acueducto y alcantarillado en zonas rurales bajo el concepto de usos múltiples del agua. caso Costa Rica (Valle)

Ronald Jefferson Castro y Marcelo Vladimir Delgado

Propuestas técnicas y administrativas para sistemas de uso múltiple del agua

Capítulo 13

Diseño de sistemas de uso múltiple para zonas rurales

Isabel Cristina Domínguez , Silvia Milena Corrales e Inés Restrepo Tarquino

Capítulo 14

Administración de sistemas de uso múltiple

Silvia Milena Corrales e Isabel Cristina Domínguez

Aplicaciones

Capítulo 15

Prototipos de vivienda para recuperación y densificación de barrios estrato 2 en Cali

Mario Fernando Camargo Gómez y Davinson Enrique Caicedo Caicedo

Capítulo 16

Aplicación del concepto de uso integral del agua: parcelación ecoturística Nashira

Luis Darío Sánchez

Recomendaciones

Lista de figuras

Lista de Tablas

Lista de cuadros

Lista de fotografías

Listado de abreviaturas

Definiciones

AGRADECIMIENTOS

Este documento presenta los resultados de la investigación de la Universidad del Valle/Instituto Cinara sobre usos múltiples del agua de los proyectos Usos múltiples del agua para la reducción de la pobreza financiado por el CGIAR Programme on Water and Food, coordinado por IWMI y Desarrollo de un modelo en GIRH que incorpore género y pobreza en el marco del desarrollo sostenible financiado por COLCIENCIAS y ejecutado por Universidad del Valle, UTP y CIAT.

Ambos proyectos fueron coordinados por el Grupo de Gestión Integrada de Recursos Hídricos del Instituto Cinara de la Universidad del Valle. El componente de Latinoamérica (Bolivia y Colombia) en el proyecto internacional tuvo la coordinación del IRC de Holanda. Todos los documentos producidos por el proyecto internacional se encuentran en la página www.musproject.net

Se agradece la participación de estudiantes de pregrado y posgrado de la Universidad del Valle; los profesores Norberto Urrutia y Andrés Echeverri del grupo REGAR de EIDENAR, Escuela de Recursos Naturales y del Ambiente de la Universidad del Valle; las comunidades de Costa Rica (Ginebra), Cajamarca (Roldanillo), Las Palmas-Tres Puertas (Restrepo), la cuenca del río Chocho (Cali), las fincas Las Brisas, Santa Rita y El Establo en el Quindío, así como la dedicación y esfuerzo de Isabel Cristina Domínguez y Silvia Milena Corrales, compañeras del Grupo de Gestión Integrada de Recursos Hídricos y el acompañamiento durante todo el proceso de la Dra. Barbara van Koppen, el Dr. John Butterworth y Stef Smits.

Inés Restrepo Tarquino (Editora)

RESUMEN EJECUTIVO

Según la Misión contra la pobreza y la desigualdad -MERPD (2006), en Colombia en el año 2005 existían 20,3 millones de personas pobres (49,2%) y de ellas, aproximadamente 7,1 millones (14,7%) se encontraban en situación de pobreza extrema. El 68,2% de la población rural era pobre frente al 42,3% en las zonas urbanas. Los ingresos mensuales por persona en los hogares en pobreza extrema eran de $51.000 mensuales (US$25), por debajo de los $91.000 mensuales (US$45) que en el país definen la línea de indigencia y muy por debajo del salario mínimo legal de $ 385.500 mensuales (US$154,5).

El análisis de las formas de vida de las familias más pobres permitió identificar aspectos fundamentales para su supervivencia. Por ejemplo, las familias más pobres desarrollan actividades productivas en su sitio de alojamiento, tanto en zonas urbanas como en zonas rurales, y por lo general, estas actividades son de muy pequeña escala. Muchas de ellas están a cargo de las mujeres, los niños y las niñas y contribuyen en alguna medida por un lado, a la seguridad alimentaria –sobre todo la nutrición de los niños– y por otro, a la generación de ingresos que le permiten a la familia sobrevivir en medio de los continuos vaivenes de la vida diaria. En muchos casos la pequeña actividad productiva del hogar es el único sostén de la familia y depende del acceso al agua.

El concepto de uso múltiple del agua aplicado a la reducción de la pobreza es reciente. En Cinara, la investigación sobre el uso múltiple del agua se inició en 1999, siendo una institución pionera en el tema. Este concepto se aplica naturalmente en las comunidades rurales y urbanas informales, pero carece de sentido a nivel institucional, donde predomina la planificación basada en que la familia trabaja fuera de su hogar para obtener sus ingresos –una concepción eminentemente urbana formal– y que el agua en la vivienda se usa solamente en actividades domésticas como cocinar y limpieza corporal y del hogar.

Este documento presenta los resultados obtenidos en Colombia en los proyectos Usos múltiples del agua como una estrategia para la reducción de la pobreza (www.musproject.net), coordinado por IWMI, con la participación de IRC y numerosos socios en diversos países, entre ellos Colombia y Bolivia, financiado por CGIAR Challenge Programme on Water and Food y el proyecto Desarrollo de un modelo en GIRH que incorpore género y pobreza en el marco del desarrollo sostenible financiado por COLCIENCIAS y ejecutado por Universidad del Valle, UTP y CIAT. Adicionalmente, presenta los resultados de investigaciones anteriores a los mencionados proyectos en relación con el tema de Usos múltiples del agua, adelantadas por el grupo de Gestión Integrada de Recursos Hídricos de la Universidad del Valle.

Inicialmente se presentan estudios de caso en los que se caracterizaron las formas de vida de comunidades rurales en Valle del Cauca y Quindío y su relación con el agua, que fueron estudiadas a través de la estrategia de Alianzas para el aprendizaje en la cuales se generó un debate sobre la necesidad de revisar la normatividad vigente en materia de abastecimiento de agua y saneamiento para el sector rural con el fin de incluir el concepto de uso múltiple del agua para reducir la pobreza y el hambre. La participación de la Directora del PAAR, Programa de abastecimiento de agua rural del Valle del Cauca, y el personal de campo fue fundamental para introducir cambios en el diseño de sistemas de abastecimiento de agua rurales.

El PAAR, aunque identificaba en el diagnóstico las formas de sustento de la población en las localidades en las que intervenía, no relacionaba las actividades en el predio rural con el sistema de abastecimiento debido a que la normatividad colombiana indica que este sistema es solamente para suplir de agua para consumo humano y doméstico. El 100% de las localidades intervenidas tenían usos múltiples del agua, el 34% de los diagnósticos del PAAR lo explicitaban, el 16% de los diseños lo incluían y sólo el 5% de los estatutos de los sistemas los permitían. Es notable que la información obtenida en el PAAR sobre la oferta hídrica disponible fuera escasa.

Uno de los casos de estudio fue el acueducto de La Palma-Tres Puertas en el municipio de Restrepo (Valle), que funciona como un acueducto de uso múltiple, con grandes limitaciones en el suministro de agua. Estas limitaciones posiblemente tienen relación con las pérdidas en el sistema, reflejadas en el agua no contabilizada (50% del agua que entra al sistema) más que con el desarrollo de actividades de pequeña escala en el 91% de los predios familiares. Las actividades de pequeña escala son la principal fuente de sustento para casi todas las familias que las desarrollan y el acceso al agua del acueducto es fundamental para poderlas tener. Casi todas las actividades en el área de estudio utilizan el acueducto como única fuente de agua. Se pueden catalogar como actividades de pequeña escala la tenencia de no más de cinco cerdos o vacas o caballos, menos de 30 gallinas y no más de media plaza (3.600 m2) de cultivo. Por lo general, las gallinas y cerdos en este tipo de actividades están a cargo de la mujer así como los cultivos de hortalizas alrededor de la vivienda. Las vacas, los caballos, los cerdos en cantidades grandes y los cultivos diferentes a hortalizas están a cargo de los hombres. En las actividades pecuarias de gran escala se encontró una demanda de agua de 22,6 m3/usuario mes mientras que las actividades pecuarias de pequeña escala demandaban 2,2 m3/usuario mes. Por otra parte, las actividades de cuidado de cultivos no tienen mayor impacto en la demanda de agua del acueducto (0,1 m3/usuario mes).

La diversificación de cultivos y actividades pecuarias, como la tiene actualmente La Palma-Tres Puertas, le permite a la familia mantener todo el año la posibilidad de obtener alimentos para autoconsumo y generar algunos ingresos para la supervivencia. La mitad de las familias recibe unos ingresos menores que el salario mínimo legal vigente (US$1,33/persona día) y un 15% alcanza los US$240 mensuales (US$2/persona día). La diversificación como estrategia de supervivencia para las familias rurales pobres depende completamente del acceso al agua, normalmente la del acueducto. Para mejorar el acceso al agua se debe promover el uso de otras fuentes complementarias como el agua lluvia y las aguas grises o residuales tratadas.

Por otra parte, Cajamarca que es un corregimiento de Roldanillo (Valle), tiene una mejor disponibilidad de agua al tener un acueducto y un minidistrito de riego. Se generan ingresos por el acceso al agua que oscilan entre los $300.000 (US$136,4) y $1.200.000 (US$545,5) aproximadamente, de acuerdo con la cantidad de agua disponible y la actividad realizada. Según los ingresos percibidos por la gente, se observa que las comunidades que tienen mejor acceso al agua están más lejos de la línea de pobreza.

El estudio en el Quindío determinó índices relacionados con las actividades productivas. Mostró que el consumo de agua varía entre 133 y 253 l/hab día, requiriéndose sólo 5 l/hab día como agua potable. Un cuarto del agua consumida se empleaba en vaciar el inodoro. El consumo para actividades productivas era entre el 51 y el 92% del agua consumida en el predio rural. Se observó que la actividad cafetera era la que más empleos generaba por m3 de agua cuando posee beneficio ecológico, casi 18 veces más que en el beneficio tradicional y además es la que más genera ingreso por volumen de agua; por otra parte, la actividad lechera es la que genera menos ingresos y empleo por volumen de agua. Adicionalmente, el engorde de terneros genera mayor ingreso por volumen de agua que el engorde de cerdos.

En la microcuenca de Los Sainos en El Dovio (Valle) se caracterizó tanto la familia rural como su consumo de agua. Se encontró que una familia promedio de la microcuenca Los Sainos está constituida por cuatro personas, con un perro, 10 gallinas, cinco cerdos y cinco cabezas de ganado, con 350 m2 de cultivo y un jardín alrededor de la casa, puede gastar 191 l/hab día, en los usos domésticos y productivos, incluyendo riego de cultivos, y el cuidado de animales. Se debe tener en cuenta que este consumo corresponde a un día en el que hubo riego, sin embargo no todos los días se realiza esta actividad. Normalmente se hace cada tres días en temporada seca. Si esta misma familia tiene un cultivo de café, el consumo se incrementa para su procesamiento hasta 249 l/hab día. Se debe tener en cuenta que el cultivo de café en esta zona no se riega y que este uso tampoco es de todos los días del año. Si además una familia tiene un estanque de peces en su finca, el consumo de agua se incrementa hasta 669 l/hab día. El consumo doméstico rural en esta cuenca de los Andes (67 l/hab día) es muy bajo si se compara con los estándares colombianos (89 a 240 l/hab día) y aún cuando se considera el consumo para los usos que en el sector rural son básicos como el cuidado de los animales, el jardín, la huerta o los cultivos y aún para lavar el café, el consumo está sólo un poco por encima del máximo para los estándares colombianos (249 l/hab día).

Costa Rica, corregimiento de Ginebra (Valle), es un caso especial pues tiene aproximadamente 5.000 habitantes y 1.500 cerdos. La porcicultura es una actividad tradicional en la localidad y es llevada a cabo principalmente por las mujeres, que suelen tener entre uno y tres cerdos en el predio (52% de las viviendas). En las viviendas donde se realizan estas actividades, las mujeres priorizan el uso del agua para los animales en tercer lugar, luego del uso para cocina y aseo personal, mientras que los hombres lo ubican en cuarto lugar, solo por encima del uso en aseo de la vivienda. Esta priorización es diferente a la que se tiene institucionalmente, que es sectorial, donde se coloca en primer lugar el consumo humano y doméstico, en segundo lugar la agricultura y en tercer lugar las actividades pecuarias.

La fuente principal de agua para las actividades productivas de pequeña escala es el acueducto, solamente se complementa en una baja proporción con agua lluvia y residual para el aseo de la vivienda (6%) y el riego de plantas (19,14%). La demanda unitaria para las actividades pecuarias es de 40 l/gallina/día y 120 l/cerdo/día, lo que representa 69 m3/día (6%) y 145 m3/día (12%) de agua, respectivamente. El consumo humano y doméstico –como lo define el RAS 2000–, el pequeño comercio y las pérdidas en la vivienda se estiman en 191 l/p/d que representan 956 m3/día (82%). Esto equivale a una dotación de 332,6 l/hab/día y a 40 m3/usuario mes, que son mayores que el consumo especificado por la normatividad colombiana. El impacto de las actividades productivas en el acueducto y alcantarillado se refleja en los picos de consumo y vertimiento, que aparte de los picos normales en el uso doméstico del agua (temprano en la mañana, al medio día y cerca a la noche) presenta un máximo a las 4 pm, hora en que la mayor parte de las familias limpia las cocheras.

Las propuestas consideran la posibilidad de usar múltiples fuentes para múltiples usos a través de tecnología multipropósito. Se considera por ejemplo combinar agua lluvia, agua de niebla, agua superficial y subterránea y agua residual tratada para satisfacer las distintas necesidades de agua de las comunidades rurales. Por lo tanto, para una localidad rural podrán existir simultáneamente soluciones individuales y colectivas tanto de abastecimiento de agua como de saneamiento. Es importante entonces considerar integralmente la operación y mantenimiento tanto de soluciones colectivas como individuales para realmente garantizar un uso eficiente del agua y la aplicación de los principios ambientales que actualmente se promueven: extracción mínima necesaria de recursos naturales, mantenimiento de tales recursos en el ciclo humano el mayor tiempo posible y disposición de lo sobrante sin alterar los ciclos naturales de los distintos elementos.

Se incluyen diversas fuentes que deberán ser utilizadas según los requerimientos de calidad y cantidad de cada uso. Por ejemplo, no se requiere agua potable para vaciar inodoros. Si el agua del acueducto es potable –algo raro en la zona rural– podría utilizarse el agua de lavado (aguas grises) para vaciarlos o el agua lluvia. Si el agua del acueducto no es potable, podría utilizarse el agua lluvia, adecuadamente recogida y almacenada, como agua de bebida y preparación de alimentos. También sería posible utilizar sistemas de tratamiento de agua hasta cierto nivel de forma colectiva para facilitar el uso de sistemas de irrigación altamente eficientes, y promover la desinfección a nivel individual específicamente para el agua que se utiliza en la cocina. El agua residual tratada puede servir para irrigación u otros usos que no requieren agua de altísima calidad como el lavado de cocheras o establos. En fin, toda la creatividad de la ingeniería se puede poner al servicio del mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural si solamente se aclaran los objetivos del abastecimiento de agua y sus correspondientes intervenciones institucionales, que están lamentablemente fragmentadas por sectores del desarrollo.

PRESENTACIÓN

Este documento presenta los resultados de las investigaciones de la Universidad del Valle/Instituto Cinara sobre el tema Usos múltiples del agua, que empezaron en el año de 1999 y continuaron en dos proyectos de investigación, uno internacional financiado por el CGIAR Challenge Programme on Water and Food y coordinado por IWMI y otro nacional, financiado por Colciencias y ejecutado por la Universidad del Valle, UTP y CIAT. Cinara fue una de las instituciones pioneras en el tema y coordinó la formulación de una propuesta de investigación por 11 países suramericanos para aval de Global Water Partnership, aval que no consiguieron todos estos países unidos.

Los resultados de la investigación que se presentan en el documento están dirigidos a los profesionales que trabajan en el sector de agua y saneamiento y en el sector agropecuario, a los estudiantes de educación superior en programas académicos de ambos sectores como ingeniería sanitaría, ingeniería civil e ingeniería agrícola. A los estudiantes y profesores de arquitectura, que desconocen la influencia del diseño de la vivienda de interés social en la zona rural para propiciar el uso múltiple del agua y las actividades productivas de pequeña escala, que permiten la supervivencia de la familia rural. Además, a todo tipo de personal que trabaje con comunidades rurales en el mejoramiento de su calidad de vida. Es necesario difundir el conocimiento que se ha generado durante más de ocho años de investigación en el tema de usos múltiples del agua en zonas rurales. La problemática aquí expresada también se tiene en las zonas urbanas, en las que no se han adelantado investigaciones.

Parte de estos resultados ya ha sido incorporada al Programa de abastecimiento de agua rural del Valle del Cauca (PAAR), que –como importante participante de las Alianzas para el Aprendizaje conformadas en los proyectos de investigación– aportó el conocimiento y experiencia de sus funcionarios para la construcción de nuevo conocimiento que mejore las condiciones de vida de la población rural. No se han obtenido hasta el momento logros a nivel nacional pues la concepción actual de los sistemas de agua rurales no es para reducción de la pobreza y el hambre o para promover la equidad de género en el acceso a recursos naturales, como el agua, dos de los Objetivos de desarrollo del milenio (ODM).

Este documento se compone de tres partes principales: unos capítulos introductorios tanto al tema de usos múltiples del agua como a la investigación (capítulos 1, 2, 3, 4 y 5) en los que se presenta la problemática en Colombia asociada con el Objetivo 1 de los Objetivos de desarrollo del milenio (ODM), la situación de abastecimiento de agua en la zona rural en el Sector de agua y saneamiento, el marco conceptual de la investigación y la metodología desarrollada. Una segunda parte contiene los resultados de las investigaciones (capítulos 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13), con casos de estudio realizados tanto por las Alianzas para el Aprendizaje como estudiantes y por el equipo investigativo de Cinara. Las propuestas técnicas y administrativas para sistemas de uso múltiple de agua (capítulos 14 y 15) presentan la construcción colectiva realizada con las Alianzas para el Aprendizaje. La parte final presenta aplicaciones de las propuestas (capítulos 16 y 17) en el diseño de viviendas de interés social, –un tema que amerita nuevas investigaciones– y a nivel colectivo en una comunidad liderada por mujeres, finalmente, algunas recomendaciones en torno al tema de usos múltiples del agua.

La investigación continúa y próximamente saldrán a la luz los lineamientos que se han propuesto para el diseño y administración de sistemas de uso múltiple del agua para zonas rurales a partir de las propuestas presentadas en los capítulos 14 y 15.

Por ser un tema relativamente nuevo, solicitamos a todos los lectores que envíen sus comentarios a la compiladora, correo electrónico ines.restrepo@correounivalle.edu.co.

INTRODUCCIÓN

Según la Misión contra la pobreza y la desigualdad -MERPD (2006), en Colombia en el año 2005 existían 20,3 millones de personas pobres (49,2%) y de ellas, aproximadamente 7,1 millones (14,7%) se encontraban en situación de pobreza extrema. El 68,2% de la población rural era pobre frente al 42,3% en las zonas urbanas. Los ingresos mensuales por persona en los hogares en pobreza extrema eran de $51.000 mensuales (US$25), por debajo de los $91.000 mensuales (US$45) que en el país definen la línea de indigencia y muy por debajo del salario mínimo legal de $ 385.500 mensuales (US$154,5).

La violencia en Colombia no es gratuita, es producto de la marginación, la exclusión y la discriminación que sufre la población campesina. En Colombia, la zona rural presenta problemas de violencia, conflicto armado, desplazamiento, productividad baja, precarias condiciones de prestación de servicios de salud y educación, precarias condiciones de trabajo y baja cobertura de seguridad social, entre otros factores, pero las políticas públicas en general no se han orientado a la población campesina pobre, ni al fomento de las actividades del campo. Muestra de ello, es la decreciente evolución de la participación del sector agropecuario en el PIB nacional, que pasó del 17% en los noventas al 13% en 2005 (MERPD, 2006). Por otra parte, la desigualdad es notoria en Colombia, los ingresos familiares totales del 20% de la población más rica son del 62%, mientras que en el 50% más pobre, son apenas del 14%. Colombia es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, con un GINI de 0,59. Se predice que si todo sigue igual, la desigualdad será aún mayor en el futuro. Frente a la situación de pobreza y desigualdad, el gobierno colombiano lanzó una Estrategia para la reducción de la pobreza y la desigualdad en octubre de 2006. Esta estrategia, en su componente de reducción de la pobreza rural, considera fundamental mejorar el acceso a la tierra, el crédito y el capital, pero no considera el acceso al agua como eje fundamental para el mejoramiento de la calidad de vida en las zonas rurales, ni contempla su acceso para las mujeres que desarrollan actividades de pequeña escala en sus hogares como mecanismo de supervivencia. Igualmente, contempla el fomento de las pequeñas actividades productivas en el campo y la empresarización –asociatividad– de los pequeños productores para mejorar su competitividad, pero no menciona el acceso al agua como factor esencial del mejoramiento de la productividad.

Con este tipo de estrategias, Colombia se integra al mundo en el esfuerzo por combatir la pobreza que agobia a miles de millones de personas. Es así como el Objetivo 1 de los Objetivos de desarrollo del milenio (ODM) de las Naciones Unidas busca “erradicar la pobreza y el hambre” y tiene como metas: a) reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas con ingresos inferiores a 1 dólar por día, b) lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidos las mujeres y los jóvenes y c) reducir a la mitad, en este período, el porcentaje de personas que padecen hambre. El análisis de las formas de vida de las familias más pobres permitió identificar aspectos fundamentales para su supervivencia. Por ejemplo, las familias más pobres desarrollan actividades productivas en su sitio de alojamiento y por lo general, estas actividades son de muy pequeña escala. Muchas de ellas están a cargo de las mujeres, los niños y las niñas y contribuyen en alguna medida por un lado, a la seguridad alimentaria –sobre todo la nutrición de los niños– y por otro, a la generación de ingresos que le permiten a la familia sobrevivir en medio de los continuos vaivenes de la vida diaria. En muchos casos la pequeña actividad productiva del hogar es el único sostén de la familia.

Uno de los ejes fundamentales para el desarrollo de estas actividades de pequeña escala es el acceso al agua. En las zonas rurales y urbanas informales, el agua se requiere para regar pequeños cultivos y la cría de animales como las gallinas, las vacas o los cerdos, mientras que en las zonas urbanas se utiliza para la venta de alimentos preparados, en las peluquerías, o en pequeñas microempresas familiares, entre otras actividades. Sin embargo, en la práctica formal institucional estas pequeñas actividades productivas de los más pobres no son reconocidas, ni valoradas, ni promovidas y mucho menos apoyadas. La asignación del agua tiene como criterio la eficiencia económica agregada, bajo el principio de maximizar los beneficios netos agregados que genera el agua entre todos los usuarios (Méndez, 2009). Se supone entonces que la actividad que genera las mayores ganancias debe ser prioritaria pues estas utilidades se redistribuirán luego en la población. Como ejemplo, en Colombia, el Artículo 4 del Decreto 1729 del 2002 señala que la ordenación de una cuenca tiene por objeto principal el planeamiento del uso y manejo sostenible de sus recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y la conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente de sus recursos hídricos.

Esta visión economicista del agua ha conducido a inequidades que generan múltiples conflictos, pues todavía se considera –y actualmente con más fuerza– que si los ricos tienen grandes utilidades, la sociedad estará mejor y tendrá más bienestar. Así, las grandes actividades productivas tienen todo el reconocimiento del gobierno y se destinan sumas millonarias para su fomento (Colciencias, 2008). Entre otras cosas, por ejemplo, se construyen represas para la generación de energía para tales actividades y sistemas de riego para actividades agrícolas. Sin embargo, el agua se niega para las pequeñas actividades productivas, que desarrollan las familias más pobres cuando dependen casi exclusivamente de acueductos para obtenerla. Se observa inequidad de género en su acceso: es especialmente negada para las actividades productivas que desarrollan las mujeres en el hogar; mucho más fácil le es reconocido el acceso a los hombres, independientemente del tamaño de la actividad.

La preocupación frente al acceso al agua por parte de las familias más pobres es una preocupación mundial pues la situación de Colombia se repite por todos los rincones del planeta. En 2003, el IRC, el IWMI, el NRI y el DWAF organizaron en Johannesburgo (Sur África) un Simposio sobre los usos múltiples que tiene el agua en las zonas rurales. Este Simposio lanzó una declaración que destacó la importancia del acceso al agua para la reducción de la pobreza pues el acceso al agua brinda oportunidades en cuanto a seguridad alimentaria, ingresos adicionales y diversificación de actividades, lo que a su vez es una protección frente al cambio climático. Además, previno sobre la necesidad de que el sector de agua y saneamiento abra las oportunidades de acceso al agua para las personas pobres, más allá de la dotación que se provee para usos domésticos, indicando que ese acceso para estas actividades puede incrementar la posibilidad de que las familias puedan sostener financieramente los sistemas de abastecimiento comunitarios. Por otra parte, es necesaria mayor investigación para que el abastecimiento de agua pueda ofrecerse mediante tecnología multipropósito, de múltiples fuentes para múltiples usos. Se concluye entonces que la erradicación de la pobreza debe abordarse de una forma integral y no sectorial simplemente.

El concepto de uso múltiple del agua aplicado a la reducción de la pobreza es reciente. Este concepto se aplica naturalmente en las comunidades rurales y urbanas informales, pero carece de sentido a nivel institucional, donde predomina la planificación basada en que la familia trabaja fuera de su hogar para obtener sus ingresos –una concepción eminentemente urbana formal– y que el agua en la vivienda se usa solamente en actividades domésticas como cocinar y limpieza corporal y del hogar. La fragmentación de la realidad –iniciada con la fragmentación de la ciencia– llevó institucionalmente a sectorizar el manejo del agua, con el agravante de la incomunicación entre sectores. De esta forma, un sector asumió el manejo del agua para el hogar y otro sector lo asumió para las actividades productivas. En Colombia, el ente rector del agua para el hogar es el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, específicamente el Viceministerio de Agua Potable y Saneamiento, mientras que las actividades productivas en el sector rural están a cargo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. La agricultura es un gran demandante de agua (alrededor del 60% en Colombia) mientras que la población demanda mucho menos (alrededor del 12%),

El sector de agua potable y saneamiento considera improcedente la inclusión de actividades productivas de pequeña escala en la dotación de diseño de los acueductos pues “generarán altos costos y un desperdicio de agua” –los ingenieros de este sector no relacionan el uso del agua con la producción de los alimentos y la seguridad alimentaria de la población rural pobre–. Sin embargo, diversos estudios en el mundo señalan la importancia de incluir una dotación extra para las pequeñas actividades productivas de los pobres, actividades que no tienen un ánimo de lucro sino de supervivencia. En Colombia, las actividades agropecuarias, industriales y comerciales de mayor escala sí son autorizadas para ser incluidas en los acueductos (Norma Técnica RAS2000).

Este documento presenta los resultados obtenidos en Colombia del proyecto internacional Usos múltiples del agua como una estrategia para la reducción de la pobreza (www.musproject.net), coordinado por IWMI, con la participación de IRC y numerosos socios en diversos países, entre ellos Colombia y Bolivia, financiado por el CGIAR Challenge Programme on Water and Food y el proyecto Desarrollo de un modelo en GIRH que incorpore género y pobreza en el marco del desarrollo sostenible financiado por COLCIENCIAS y ejecutado por Universidad del Valle, UTP y CIAT. Adicionalmente, presenta los resultados de investigaciones anteriores a los mencionados proyectos en relación con el tema de Usos múltiples del agua, adelantadas por el Grupo de Gestión Integrada de Recursos Hídricos de la Universidad del Valle.

Inicialmente, se presenta la situación de las personas que viven en las zonas rurales con respecto a sus servicios de abastecimiento de agua: la pobreza de las zonas rurales, los servicios de agua y la problemática que estos servicios tienen bajo la normatividad existente en Colombia. A continuación, se presenta el marco conceptual bajo el cual se trabajó la investigación en Colombia y los casos de estudio. Luego, se proponen las intervenciones tanto en aspectos técnicos como en aspectos administrativos y dos ejemplos de implementación de sistemas de uso múltiple, como una estrategia para la reducción de la pobreza, la desigualdad y la discriminación que actualmente sufren las poblaciones rurales en Colombia. Finalmente se presentan recomendaciones sobre el tema.

BIBLIOGRAFÍA

COLCIENCIAS, Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (2008). Colombia construye y siembra futuro. Política nacional de fomento a la investigación y la innovación. Colombia

MÉNDEZ J. (2009). Marco institucional para la gestión del agua en Colombia. Documento de trabajo. Proyecto Gestión Integrada de Recursos Hídricos. UniValle, UTP, CIAT. Colombia

MERPD, Misión para el diseño de una estrategia para la reducción de la pobreza y la desigualdad (2006). Pobreza y desigualdad en Colombia: Diagnóstico y estrategias. Resumen. Departamento Nacional de Planeación. Colombia.