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Pedro Ma Uruñuela ha publicado en Narcea:

Trabajar la convivencia en los centros educativos

La metodología
del Aprendizaje-Servicio

APRENDER MEJORANDO
EL MUNDO

Pedro Ma Uruñuela Nájera

NARCEA, S.A. DE EDICIONES

MADRID

Para Roser Batlle, Josep Puig, Rafa Mendía,
Cloty López, Eloísa Teijeira, Sonia Morales …
y todos los compañeros y compañeras
con quienes he trabajado el Aprendizaje-Servicio.
Muy agradecido por todo lo que he aprendido
de ellos y de ellas.

Índice

INTRODUCCIÓN

I. ¿QUÉ ES EL APRENDIZAJE-SERVICIO?
UNA PRIMERA APROXIMACIÓN

1. Por qué es importante trabajar el Aprendizaje-Servicio (ApS)

Actividad inicial. Plantea cuál es la finalidad de la educación. Da respuesta a importantes problemas del sistema educativo. Es una manera eficaz de trabajar la competencia social y ciudadana. Supone la culminación del trabajo de la convivencia en los centros educativos.

Otras razones para trabajar el ApS. Actividad práctica.

2. Lo básico del ApS

Actividad previa. Definición y algunas características del ApS. La propuesta educativa del ApS. Actividad práctica

II. PROFUNDIZANDO EN EL APRENDIZAJE-SERVICIO

3. El punto de partida: las necesidades sociales

Actividad previa. El punto de partida: la mirada crítica a la realidad social. ¿Qué son las necesidades sociales? La base de las necesidades sociales: Valores y actitudes. No estamos solos: el papel de las organizaciones sociales. Actividad práctica.

4. Diseñar una acción de servicio como respuesta a la necesidad detectada

Actividad previa. El servicio a la comunidad: definición y principales características.

Los fundamentos del servicio. Tipos posibles de servicio: algunas sugerencias. Otras consideraciones que deben tenerse en cuenta. Actividad práctica.

5. Los aprendizajes en los proyectos de ApS

Actividad previa. Características del aprendizaje. Los distintos aprendizajes posibles en el ApS: los aprendizajes académicos. Los distintos aprendizajes posibles en el ApS: valores y competencias. Actividad práctica.

6. Experiencias de interés en ApS, en Educación Infantil y Primaria

Proyecto de ayuda próxima a quienes lo necesitan, en Educación Infantil. Proyecto de acompañamiento a la formación, en Educación Primaria. Proyecto de promoción de la salud, en Educación Primaria. Proyecto de inclusión educativa, en Formación Profesional Ocupacional.

7. Experiencias de interés en ApS en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional

Proyecto de relación intergeneracional, en Secundaria y Bachillerato. Proyecto de promoción de la salud, en Secundaria y Bachillerato. Proyecto de medio ambiente, en Secundaria y Formación Profesional. Proyecto de ayuda próxima a quienes lo necesitan, en Formación Profesional.

III. EN LA PRÁCTICA,
¿CÓMO LO PODEMOS HACER?

8. ¿Cómo lo podemos hacer? Una primera aproximación

Actividad previa. ¿Qué es planificar?: recordando ideas básicas. Una planificación sencilla del ApS. Una planificación descriptiva del proyecto de ApS. Un ejemplo ilustrativo de estas metodologías. Actividad práctica.

9. ¿Cómo lo podemos hacer? Una aproximación sistemática

Punto de partida y esbozo del proyecto. Motivación. Planificación. Realización del proyecto. Evaluación, celebración y mejora.

A modo de conclusión

Para saber más. Bibliografía y otros recursos

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Era el mes de mayo de 2006 y me encontraba en Barcelona, informando del planteamiento de la competencia social y ciudadana y su desarrollo en la nueva materia de Educación para la Ciudadanía. Había expuesto, entre otras ideas, la necesidad de que hubiera coherencia entre lo que se vive en el centro y los planteamientos de la educación para la ciudadanía y cómo, a pesar de las informaciones sesgadas que se habían dado sobre esta materia, lo que se buscaba era conseguir una mayor apertura de los centros escolares a su entorno y un compromiso más profundo con los problemas de la sociedad.

En el coloquio, una de las asistentes me preguntó cómo podían lograrse esos objetivos. La revista “Cuadernos de Pedagogía” acababa de publicar en su número de mayo el tema del mes dedicado al Aprendizaje-Servicio. Mi respuesta le indicó que, si había leído el último número de “Cuadernos” y la propuesta que se hacía en el monográfico, esa era la forma de lograrlo, uniendo los aprendizajes del alumnado con el servicio a la comunidad. Quien había hecho la pregunta me dijo que había participado en el monográfico y que estaba completamente de acuerdo. Era Roser Batlle.

A partir de ese momento iniciamos un período de amistad y colaboración, que nos llevó a impartir formación sobre Aprendizaje-Servicio (ApS) por “todas las Españas”, como gustaba decir Roser. Fundamos en Madrid el grupo promotor de ApS, junto con miembros de la Fundación Tomillo, ayudamos a la creación de otros grupos promotores en diferentes Comunidades Autónomas y, poco a poco, fue extendiéndose la red de Aprendizaje-Servicio por todo el Estado.

En esta experiencia tuve ocasión de conocer a muchas otras personas, de distintas Comunidades Autónomas y de distintas instituciones: Josep Ma Puig, Xus Martín, Rafa Mendía y compañeros/as de la Fundación Zerbikas, Luis Ma López Aranguren y Noelia García, de la Fundación Tomillo, Javier Torregrosa y compañeros/as de Valencia … y tantas otras que me es imposible mencionar. Una de las cosas más enriquecedoras fue poder compartir materiales y planteamientos de formación entre todos nosotros y nosotras.

Partiendo de una idea que luego retomaré, pensábamos que el ApS no era patrimonio ni propiedad de nadie y que eso se traducía, entre otras muchas cosas, en compartir lo que diseñábamos y utilizábamos, para que llegara al máximo de personas.

A lo largo de estos años han ido apareciendo nuevas necesidades de formación y, en concreto, la necesidad de disponer de materiales organizados y estructurados para la formación de todas las personas relacionadas con la educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional; es decir, con toda la etapa educativa anterior a la universidad.

Como respuesta a esta necesidad surge este pequeño libro-guía, pensado para orientar a todas aquellas personas interesadas en el ApS, sean maestras o profesores, padres o madres o personas de organizaciones sociales que trabajan en el ámbito escolar.

Existen muchas publicaciones y orientaciones para trabajar en los ámbitos universitarios o en el campo social. Pero se echaba en falta una guía específica, a la vez que global, dirigida al trabajo en el ámbito educativo básico. Esta guía, modestamente, pretende dar respuesta a esa carencia, buscando ofrecer sugerencias, materiales y actividades para ese trabajo.

Aunque me haya tocado recoger y exponer las ideas y propuestas de esta guía, muchas de ellas son aportaciones de muchos compañeros y compañeras con quien he tenido la suerte de trabajar a lo largo de estos años. Suyo es el mérito y justo es reconocerlo. Mi agradecimiento a todas las personas con las que he podido colaborar en estos diez últimos años y, de manera especial, a Roser Batlle y a todos los compañeros y compañeras con quienes he trabajado en las actividades de formación. Sin ellos y ellas, hubiera sido imposible la construcción de este trabajo.

El libro está dividido en tres partes. En primer lugar, se exploran las razones por las que hay que trabajar el ApS, así como las características básicas que lo definen. En la segunda parte, se profundiza en los tres elementos clave del ApS, las necesidades sociales como punto de partida, la acción de servicio como respuesta a las mismas y los aprendizajes que se vinculan a dicha acción de servicio, tanto antes como durante y después del desarrollo de la misma; se aportan también diversas experiencias de proyectos de ApS llevados a cabo en los diferentes niveles educativos.

Por último, en la tercera parte se proponen diversas formas de concretar y llevar a la práctica los proyectos de ApS, explorando una metodología sencilla, otra más descriptiva y otra más sistemática. Los recursos bibliográficos y digitales más útiles completan el desarrollo de la guía.

En todos los capítulos se parte de unas preguntas iniciales para la reflexión, que sirvan para acceder al tema desde la propia experiencia del lector/a. A su vez, todos los capítulos terminan con una propuesta práctica, que lleve a concretar lo expuesto en el capítulo y a hacerlo operativo. Todo ello pensado para facilitar la formación, de cara al desarrollo y construcción de buenos proyectos de Aprendizaje-Servicio.

Espero, y deseo, que esta guía suscite el interés de muchos compañeros y compañeras docentes, así como de otras personas interesadas en la mejora de la acción educativa. Y, sobre todo, espero y deseo que el libro sea de utilidad para la implantación de nuevos proyectos de ApS, buscando siempre la mejora de la educación a través de la formación de personas comprometidas con la mejora de su entorno social, ya que, de no ser así, “¿para qué sirve entonces la educación?”.

PEDRO Ma URUÑUELA

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ACTIVIDAD INICIAL

UNAS PREGUNTAS

Antes de iniciar la lectura de este capítulo, reflexiona y contesta a las siguientes preguntas, siempre desde tu propia práctica docente:

Image ¿Cuáles son los problemas del sistema educativo que consideras más importantes? ¿Por qué?

Image En relación con su proceso de aprendizaje, ¿qué actitudes y comportamientos de tus alumnos y alumnas te preocupan más?

Image ¿Cuáles son las preguntas más habituales que te hacen los alumnos y alumnas en relación con tu materia? ¿Cómo las interpretas? ¿Están realmente interesados en tu asignatura?

Image ¿Qué metodología y qué técnicas metodológicas utilizas habitualmente en tu clase?

Image ¿Hay colaboración habitual entre el centro educativo y distintas organizaciones e instituciones del entorno?

Image En el marco del trabajo de las competencias clave, ¿qué lugar ocupa el trabajo de la competencia social y ciudadana? ¿Cuánto tiempo le dedicas?

Image ¿En qué aspectos quieres mejorar tu práctica docente?

Decía Víctor Frankl que “quien tiene claro el por qué, encuentra fácilmente el cómo”. De ahí que, antes de empezar a estudiar qué es el Aprendizaje-Servicio, (ApS), sea importante plantearnos las razones que nos llevan a practicarlo, a adoptarlo como propuesta metodológica y educativa. Son muchas las razones para su práctica, que podemos agrupar en cuatro apartados. El ApS:

Image Plantea y pone en primer plano cuál debe ser la finalidad de la educación.

Image Da respuesta a problemas actuales e importantes del sistema educativo.

Image Es una manera eficaz de trabajar la competencia social y ciudadana.

Image Supone la culminación y meta de llegada al trabajo de la convivencia en los centros educativos

Plantea cuál es la finalidad de la educación

Suele ser bastante frecuente que el profesorado, una vez que ha adquirido experiencia respecto de su materia y de su trabajo, entre de alguna manera en una cierta rutina y, poco a poco, se vaya olvidando de cuál es el sentido de lo que hace, cuál es la finalidad de la educación. Se trata de algo comprensible, y mucho más en los cursos superiores, especialmente en Secundaria: ya sabes lo que hay que dar, de un año para otro vas consolidando el programa y la metodología, sabes qué les resulta más difícil a los alumnos y alumnas, etc.

Sin embargo, de vez en cuando conviene parar y retomar la pregunta: ¿qué sentido tiene todo lo que estoy haciendo? ¿Qué tipo de alumno y de alumna estoy tratando de desarrollar? ¿Cuál es la finalidad última de la educación?

Son preguntas que, afortunadamente han vuelto al primer plano como consecuencia de la aprobación de la LOMCE. A lo largo de la historia educativa, podemos encontrar dos respuestas básicas a estas preguntas. La primera de ellas, la que considera fundamental la propia ley, nos dice que el fin principal de la educación consiste en conseguir la excelencia, la calidad, y que el alumno o alumna desarrolle un buen currículum personal.

Dicho con otras palabras, se trata de que cada alumno/a desarrolle un buen expediente académico y que, por ello, haya adquirido aprendizajes sólidos en todas las materias académicas. Que tenga buen conocimiento de matemáticas, de lengua castellana y de la propia de su Comunidad, lengua extranjera, etc. Algo que puede conseguir con su esfuerzo individual, y que le llevará a conseguir un buen futuro profesional cuando llegue a la etapa adulta.

Sin duda se trata de una aspiración legítima y todos los profesionales aspiramos a ello. La pregunta, sin embargo, surge en relación a si esta finalidad es suficiente o debe ser completada con otros objetivos y fines. Suele aducirse que, en demasiadas ocasiones, alumnos/as que fueron número uno de su promoción, que destacaron por su nivel de excelencia, sin embargo, han sido nefastos para la humanidad por las acciones que han llevado a cabo. Nombres como Maadorf, Goebels o Bin Laden ilustran esta idea. No basta con conseguir sólo la excelencia académica, debe haber algo más.

Desde un segundo planteamiento, se insiste en que la educación debe ser integral y, por tanto, desarrollar todas las dimensiones de la persona, sin limitarse y reducirse solamente a los aspectos académicos. Desde este punto de vista, es tarea fundamental de la educación formar personas solidarias, respetuosas, tolerantes, dialogantes, pacificadoras, etc.; sin que se vea ninguna incompatibilidad con conseguir, a la vez, el máximo de excelencia académica para todo el alumnado. La excelencia y la dimensión integral de la educación no son excluyentes.

Todo esto nos lleva a una reflexión sobre nuestro propio trabajo: ¿trabajo sólo la excelencia académica? ¿Qué lugar ocupan otras dimensiones características de la persona humana, la dimensión emocional, social, etc.? El ApS, como propuesta educativa y metodológica, nos ayudará a integrar ambas dimensiones sin que ninguna de ellas quede postergada u olvidada.

Da respuesta a importantes problemas del sistema educativo

Son muchos los problemas y situaciones que preocupan al profesorado y, en general, a toda la comunidad educativa. El mal llamado “fracaso escolar” y el abandono educativo temprano son quizás los más preocupantes.

En efecto, ¿cómo es posible que una educación que es básica y obligatoria para todos los niños y niñas hasta los 16 años deje fuera a uno de cada cuatro alumnos/as, que no obtienen el graduado al acabar la etapa? No obtener el graduado en Secundaria supone que estos alumnos/as no han adquirido los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para ser ciudadanos y ciudadanas en la sociedad del siglo XXI, sociedad en la que la incultura y falta de formación es completamente inaceptable.

Igualmente, muchos profesores y profesoras están preocupados por el clima que se vive en las aulas, especialmente en los últimos cursos de Primaria, el primer ciclo de Secundaria o la Formación Profesional Básica. Se ha conseguido la extensión de la educación obligatoria hasta los dieciséis años, pero se da la paradoja de que sus principales beneficiarios parecen rechazar, con sus conductas disruptivas en el aula, este logro social, obstaculizando en la práctica su aplicación y dificultando la labor docente necesaria para su desarrollo.

Suele haber también muchas quejas respecto de la cerrazón de la escuela, del repliegue sobre sí misma, con olvido del mundo de afuera, de los problemas que afectan y preocupan a la sociedad, poniendo en primer plano la necesidad de apertura de los centros escolares a las demandas y aspiraciones de la sociedad en la que viven.

La persistencia de estos problemas plantea la necesidad de cambiar muchas de las prácticas escolares actualmente vigentes. Si seguimos haciendo lo mismo, los resultados que obtengamos seguirán siendo los mismos y los problemas señalados permanecerán y se reforzarán. Es necesario cambiar la metodología y el enfoque de nuestra acción docente, algo que podemos conseguir a través del ApS.

En efecto, el ApS puede servir y ser de gran utilidad ya que:

Image Es útil para mejorar los resultados escolares y conseguir el éxito de todo el alumnado: Alto índice de suspensos, elevado porcentaje de repetidores, fracaso escolar… El ApS plantea una nueva manera de trabajar en la que el alumnado adquiere y desempeña un papel central en su formación, ya que lo convierte en el protagonista de su aprendizaje

Image Incide y refuerza la motivación del alumnado: En demasiadas ocasiones, los alumnos no encuentran sentido a lo que están haciendo y una de las preguntas que más veces hacen es “profe, ¿esto para qué sirve?”. El ApS une el aprendizaje con el servicio a la comunidad. El alumnado ‘vive’ la utilidad, ya que lo que aprende le sirve para dar respuesta a una necesidad real del entorno. De ahí su fuerte potencial motivador.

Image Mejora el clima del aula y disminuye los problemas de disciplina: Frente a las conductas disruptivas del alumnado, vinculadas a la falta de motivación y el bajo nivel de aprendizaje, el ApS contribuye a mejorar la relación interpersonal del alumnado con sus profesores/as. Al estar más a gusto y llevar a cabo un proyecto propio, los alumnos/as adoptan otra actitud mucho más positiva, alejada de los comportamientos disruptivos habituales.

Image La necesidad de educar para la vida y para los problemas de la sociedad de hoy: Frente al excesivo academicismo del currículo actual y su alejamiento de los problemas e intereses del alumnado, el ApS parte de problemas reales y concretos y propone un servicio como respuesta a los mismos. De ahí su utilidad y eficacia.

Image La apertura al exterior por parte de los centros escolares: El ApS fomenta la relación con otras personas, organizaciones e instituciones que trabajan en el entorno, ya que propone un trabajo en red con todos ellos, incorporándoles a la tarea educativa y haciendo realidad el viejo proverbio africano que dice que “para educar a un niño, es necesaria la tribu entera”.

Image Garantiza el desarrollo de una educación integral: ¿Una educación de calidad es la que desarrolla sólo un buen currículo personal? ¿Cómo puede la educación formar personas competentes y al mismo tiempo solidarias? El ApS trabaja ambos aspectos, el currículo y los valores colectivos, haciendo que el alumnado se apropie de los mismos a través de la reflexión sobre el servicio que se lleva a cabo.

Image Educa en la necesidad del servicio a los demás: El primer borrador de la Convención sobre los derechos de la infancia, en 1923, formuló este principio: “el niño deberá ser educado en la conciencia de que sus mejores cualidades han de ser empleadas al servicio del prójimo”. El ApS pretende llevar a la práctica este principio que contradice las propuestas y enfoques vigentes en nuestra sociedad individualista, que anima a cada uno a buscar la solución a sus propios problemas, sin preocuparse de nada más.

Es una manera eficaz de trabajar la competencia social y ciudadana

Si observamos la evolución de nuestra sociedad a lo largo de la historia, vemos que ha tenido lugar un rapidísimo progreso en el ámbito científico y tecnológico, que se ha traducido en una clara mejora de las condiciones de vida de la humanidad, especialmente de las personas que viven en el primer mundo.

Sin embargo, no puede decirse lo mismo respecto del desarrollo de las relaciones interpersonales y de la vida en sociedad. A pesar del progreso obtenido, y tal y como señala Intermon-Oxfam, siguen muriendo de hambre cada día unas 20.000 personas, mientras que seguimos gastando diariamente 3.000 millones de dólares en armamento. Siguen siendo endémicas determinadas enfermedades infecciosas, especialmente en el tercer mundo. Muchas personas se ven obligadas a salir de su país, bien como emigrantes económicos o como refugiados políticos… Y así podríamos seguir enumerando muchas situaciones sociales que muestran las insuficiencias del progreso en nuestra sociedad.

Como se ha señalado anteriormente, una de las finalidades de la educación debe ser formar ciudadanos/as competentes, capaces de mejorar el entorno próximo y la sociedad en la que viven. Personas que quieran, sepan y puedan comprometerse por una sociedad más justa e igualitaria, ya que, si no es así, ¿para qué sirve entonces la educación?

Introducir la metodología y propuesta de ApS nos ayuda a trabajar esta perspectiva, desarrollando la competencia social y ciudadana. “No se construye una sociedad más justa con ciudadanos mediocres”, nos recuerda la profesora Adela Cortina. La competencia social y ciudadana exige un trabajo intencional, buscado conscientemente. No surge de manera espontánea, debe ser programada como tal. Y el ApS nos ayuda a desarrollarla y garantizarla en los alumnos y alumnas.

Supone la culminación del trabajo de la convivencia en los centros educativos