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LOS GRILLOS Y OTRAS GRILLAS

© 1988, 2004, Guadalupe Loaeza

D. R. © Editorial Océano de México, S.A. de C.V.

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Primera edición en libro electrónico: septiembre, 2012

eISBN: 978-607-400-706-0

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Libro convertido a ePub por:

Information Consulting Group de México

Para Miguel Ángel

A mi padre, que ignoró lo que es grillar

Para Diego, Federico y Lolita

Estas páginas fueron escritas para provocar la reflexión
(y la risa). Sin embargo, si alguien se ofende al leerlas,
piense que, quizá, la autora también es una grilla.
Es que todos llevamos un grillo dentro.

LOS GRILLOS Y OTRAS GRILLAS, VEINTE AÑOS DESPUÉS

Cuenta la historia, que hace cientos de millones de años cayó un meteorito sobre nuestro planeta que provocó que los dinosaurios desaparecieran.

Cuentan también que en el año 2000, al perder el PRI la elección para presidente, este evento tuvo el efecto de un meteorito en las “ollas de grillos”, y éstos estuvieron a punto de desaparecer.

Con la llegada de otro partido a Los Pinos, los grillos se alborotaron, no supieron qué hacer, perdieron al “líder grillo”; los grillos chicos se confundieron, dejaron de grillar, no sabían dónde grillar o, lo más importante, no sabían con quién grillar.

Sin embargo, a lo largo del “gobierno del cambio”, las decepciones que causa su actuación, los errores del presidente y de su “gabinetazo”, el incumplimiento de sus promesas de campaña y el surgimiento de la “pareja presidencial”, entre otras cosas, han sido como bocanadas de oxígeno, como “respiración boca a boca” para nuestros ortópteros verdes; hasta hacerles creer que se pueden regenerar y recrear su época de gloria.

Así que por ésta y otras razones tomé la decisión de reditar este volumen de Los grillos y otras grillas, y podamos recordar juntos las andanzas y pintorescas características de cada una de las diversas categorías de los gríllidos.

A propósito, considero necesario también revisar las categorías de grillas que había establecido en la última edición, ya que si bien la gran mayoría de ellas sigue siendo válida algunas han desaparecido, otras se han transformado y las hay que se han ido conformando con el paso del tiempo.

Entre las categorías que permanecen están las domésticas, tiñosas, aceleradas, fast-track, grillas grillas, las pushy y las chinas poblanas. El caso de las grillas dinosaurias, por razones generacionales, está ya al borde de la extinción.

La permanencia de las denominadas grillas pantuflas va ligado a la posibilidad de que sus maridos ocupen posiciones importantes en el gobierno panista, lo que cada vez se hace más difícil, ya sea por incompatibilidad de intereses o por el inevitable “cuoteo”, que favorece al PAN como producto del botín electoral.

A su vez, las grillas salinistas, en su gran mayoría, se han ido transformado. A lo largo de los años algunas se volvieron zedillistas, después labastidistas y al final foxistas. Sin embargo, se observa que dentro de este grupo son muy numerosas las que todavía vagan buscando la identidad adecuada para el momento político.

El grupo de las grillas exgrillas es sin duda el que más se ha incrementado. No es que hayan pasado a formar parte de este grupo por decisión propia, sino que a la pérdida de empleos y posiciones priístas hay que agregar la millonaria multa que el IFE le aplicó al PRI (¡mil millones de pesos!) lo que ha provocado una severísima reducción de los espacios y posiciones en donde poder grillar.

Por lo que se refiere a los grillos, su situación es muy parecida a la de las grillas, dado que para ambos la crisis de fondo es la misma: la derrota del partido, espacio privilegiado de la grilla. Pero por las características machistas de la mayoría de los grillos considero que para ellos ha sido todavía más difícil asumir lo que pasó en el año 2000.

Antiguamente se identificaba a los grillos por el color verde; aunque esto ya cambió—pareciera lo único que el “gobierno del cambio” cambió—pues ya no todo lo verde es grillo, ya que hay grillos que son verdes pero hay verdes que son “chamacos” y por lo tanto no se les puede grillar sino sólo “chamaquear”.

La aparición de estos términos como el de “chamaquear”, el de “choro”, “rollero”, y otros que la juventud y la tal globalización están introduciendo en nuestro lenguaje, ha mermado un poco la “universalidad” de nuestra tradicional grilla.

Cuando me hice la pregunta de qué había sido primero si el PRI o el grillo y al plantearme si desaparecería el uno sin el otro, no me cuestioné la pérdida para el partido del poder supremo—la presidencia y con ello las numerosas posiciones dentro del poder ejecutivo. Esta nueva situación ha obligado a los grillos a entrar a un mundo desconocido para ellos, el de la oposición, y lo peor del caso, sin la “guía” del primer grillo del país.

Al tener que aprender a ser oposición todas las categorías de grillos resultan afectadas: la falta de espacios, de presupuesto, las divisiones internas, los intereses de los distintos grupos y niveles—nacional, estatal y sectorial—, pero sobre todo la ausencia de un líder grillo, del grillo guía, han provocado un caos dentro del grillerío, y esto ha dificultado su readaptación.

Ante el caótico escenario, muchos grillos de nivel medio y mediocres han pensado que ha llegado su hora y que pueden alcanzar un primer nivel. Entonces las categorías de los kitsch, yuppies, ponzoñosos, vinagrillos, kafkianos, temibles, pueblerinos y los big-shots que aún permanecen en el PRI y que no aprovecharon el desconcierto para saltar al PAN, PRD o Verde, grillan a todo lo que dan para buscar una posición relevante.

Estas posiciones las buscan en los espacios que aún mantienen: las cámaras de diputados y de senadores, la cúpula central del partido, los gobiernos estatales y municipales, los sectores popular, campesino y obrero, así que tendremos que poner atención a la grilla que tiene lugar en esos ámbitos de la acción política y seguir de cerca las actividades de los grillos locales, y las de los aspirantes a grillo mayor.

Los grillos que gobiernan un estado o un municipio no sienten que tienen que obedecer al presidente del partido; los jefes de las bancadas priístas en el congreso quieren quedar bien con los gobernadores, con la cúpula del partido, y, algunos, hasta con el ejecutivo federal; por su parte, el presidente del partido cree que él ha pasado a ser el primer grillo del país, con lo que no están de acuerdo los primeros grillos estatales, quienes consideran que los herederos son ellos. ¡Qué grillerío!

Es lógico que con esta situación se tuvieran que generar nuevos géneros de gryllus, ya que ésta es una especie de insectos que al parecer se divide y subdivide sin parar; pero como establecer todas las que se han creado en estos años significaría casi hacer un segundo tomo de este libro, sólo me permito esbozar algunas representativas.

Grillo oposicionista. Es el más dolido con la derrota de 2000, pero también el más contento con los resultados de 2003. Es también el que más disfruta con los errores y fracasos del presidente y su gabinetazo, la famélica caballada panista y las frivolidades de la primera dama, porque piensa que con todo esto el PRI se encuentra en la mejor posición para recuperar Los Pinos en 2006 y esto motiva a ser más oposicionista y soñar con el anhelado regreso.

Grillo mediático. Es aquel que tiene acceso a los medios electrónicos, y a través de entrevistas que se consigue o que le consiguen otros grillos, pontifica y habla maravillas del sistema en que se vivía antes. También los hay que escriben en algún medio impreso y en ese caso, además, transcriben opiniones de grillos oposicionistas.

Grillo globalizado. Está de acuerdo con los tratados internacionales, ya que sus recuerdos se remontan principalmente al sexenio salinista y desea una unión mucho más estrecha con Estados Unidos y en segundo término con Canadá. También le dio mucho gusto el tratado con la Unión Europea pensando tal vez que eso le permitiría visitar los principales restaurantes de París, Londres y Madrid.

Grillo globalifóbico. Es el contrario del anterior y clama por una posición de nacionalista trasnochado y cree que todos los males de nuestro país llegan del norte; también se opone al Plan Puebla-Panamá, aunque al igual que el presidente, nunca haya logrado entender de qué se trata. Sin embargo, hay que reconocerle que promueve la amistad con los países hermanos de Centroamérica y el Caribe.

Grillo reloaded. Es el más moderno, maneja las nuevas técnicas, tiene más de un celular, entiende de computación, con su lap-top se conecta a internet sin interrupciones y sobre todo conoce los movimientos internos del partido para saber con quién estar. Así se le ve participar en los diversos grupos llamados de “reflexión”, que últimamente han surgido como hongos y que son los que les dan cobijo a nuestros grillos desamparados. Lo mismo se reúnen con el grupo de la Maestra, que el de Madrazo, el de Beatriz, el de Chuayffet o cualquier otra agrupación que surja y en la que será aceptado sin ser mal visto por nadie.

Es necesario reconocer que con las elecciones de 2000 aparecieron en el panorama político una cantidad de grillos multicolores que seguramente pertenecían a otras categorías entomológicas pero que al presentárseles la oportunidad de transformarse en grillos, debido a la oferta de algún “headhunter” o a su relación con algún familiar guanajuatense o familiar rico dueño de algún partido político nuevo y chiquito, pero con subvención, o, ya de perdida, con algún conocido de alguna “tribu” política de izquierda, decidieron convertirse en grillos, sin siquiera conocer de antemano el color de estos animalitos. Así, aparecieron grillos azules, amarillos, anaranjados, verdes pistache creyendo ser ecológicos, algunos rojos, muchos grises y hasta algunos negros:

Grillo azul. Es la categoría que ha “florecido” a partir de 2000 y ese color es reflejo de su inexperiencia, porque aún no se enteran que debieran ser verdes.

Entre los grillos azules también encontramos subcategorías, como los gobernadores “enamorados”, a quienes les gusta usar los helicópteros de gobierno para visitar a sus novias que también son azules o hijas de algún azul.

Grillo amarillo. En esta categoría existen subespecies que son muy confusas, pues hay grillos tipo hormiga, que son los que transportan, por medio de portafolios pequeños o bolsas del super, pequeñas cantidades de dinero de origen poco claro y con destino muy oscuro. Como su capacidad de transporte es pequeña hacen varios viajes.

Grillo verde. A éste le gusta hacer negocitos en los cuales pueda obtener algún dinero extra, pero como casi todos ellos son ricos y sus papis les han regalado cámaras de video muy sofisticadas, les gusta filmarse entre ellos al momento de sus transacciones sin importar si están extorsionando o usando un lenguaje poco ecológico y más bien escatológico.

Como no sólo los verdes sino todos los grillos tienen acceso a las nuevas tecnologías de filmación, se ha ido formando una nueva subespecie y es la de grillo videograbador. A éste le gusta filmar a sus enemigos en distintas actividades, entre las cuales sobresalen: negociar algún dinerito, jugar algunas fichitas o guardarse hasta las liguitas en sus bolsitas.

De esta confusión nadie se escapa y por eso me esfuerzo en actualizar el siempre sabroso e inagotable tema de la grilla, piedra angular del quehacer político.

INTRODUCCIÓN

Tal vez el primer grillo que existió sobre tierra mexicana (metafóricamente hablando) fue el compositor veracruzano Francisco Gabilondo Soler, conocido por todos como Cri-Cri, el Grillito Cantor. En los años cuarenta, cuando el maestro Gabilondo Soler había alcanzado una enorme popularidad entre niños y adultos, su programa de radio en la XEW solía ser anunciado con la inolvidable canción que dice: “¿Quién es el que anda allí? Es Cri-Cri, es Cri-Cri; ¿y quién es ese señor? El Grillo Cantor”. Más tarde, en los años cincuenta, los grillos de Cri-Cri se convirtieron en los alumnos universitarios que realizaban campañas para presidente de generación de facultades como la de Derecho y la de Ciencias políticas. Eulalio Rivas Hernández, autor del libro Grillos y gandallas. Lecciones de política “a la mexicana”, dice: “Recuerdo que en nuestra generación se consideraba a la ‘grilla’ estudiantil como un reflejo de la mecánica de la política nacional, ya que los candidatos tenían que hacer agotadoras campañas…”. Más adelante, Rivas Hernández nos describe a los que él llama “los grillotes”: “[…] al regresar de sus respectivas facultades, nos transmitían sus experiencias y, por regla general, dejaban cuadros perfectamente formados que les servían como base para seleccionar más tarde a los destacados por su trabajo, capacidad y lealtad; los que teniendo esos atributos adquirían, automáticamente, la calidad de grillos a secas, pues para ascender a la calidad de grillo mayor, había que llegar hasta la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria, ocupación que requería entablar una lucha contra todos los representantes de las diversas facultades y escuelas existentes”.

Desde entonces la palabra “grillo”, puesta en circulación según Rivas Hernández por Rafael Millán Martínez, egresado de Ciencias Políticas y de la Facultad de Derecho, no ha sido sustituida por otro término. Al contrario, al correr del tiempo, su significado se ha arraigado aún más en la jerga de la cultura política mexicana. Nada más natural que escuchar en conversaciones de café el verbo grillar, conjugado en todos los tiempos y personas: Yo grillo, tú grillarás, él grilló, ellos grillarían, nosotros estamos grillando, etcétera. También abundan expresiones tales como: “Ya me grillaron”, “No me estés grillando”, “Si me grillan, tengo que responder del mismo modo”, etcétera. Sin embargo, no hay nada que ofenda más a un grillo, que a él se le denomine “grillo”. Por lo general, el grillo se desconoce como tal, ya que siempre existe un grillo mucho más grillo que otro.

Es importante hacer notar que, entre los grillos, éste es un valor entendido: “Te dejo grillarme, siempre y cuando me dejes grillarte”. Este lenguaje subterráneo se da sobre todo entre los grillos y las grillas priístas (muy distintos de los verdaderos políticos y políticas). Ya que, por desgracia, tienen una enorme influencia entre los asuntos que a todos nos importan, nos ocuparemos de ellos y de ellas, intentando dividirlos por especies, dependiendo de sus respectivas características. Pero antes queremos apuntar que todo parecido o semejanza con personas reales es una mera casualidad.

De unos años para acá, la mujer mexicana ha tenido cada vez más participación y responsabilidades en diferentes cargos políticos. Muy rápidamente estas distinguidas priístas entendieron lo importante que era conocer las reglas de juego de “la grilla nacional”. Obligadas por estas circunstancias, muchas de ellas, con el tiempo, se volvieron “grillas” profesionales, ya que enfrentarse con los expertos y colmilludos grillos, sin duda no era tarea fácil. En cierto modo estas grillas son unas verdaderas heroínas.

EL GRILLO (ALPHONSE DE LAMARTINE)

Oh, grillo solitario

cual yo lo estoy, despierta:

oigamos ya tus voces

que salen de la tierra.

La llama, pues, avivo

para ver si te alegra.

Un alma al hogar falta:

aquí todo es tristeza.

¡Oh, grillo solitario

que sales de la tierra,

¡despierta sólo para mí! ¡Despierta!

Cuando era pequeñuelo

cual lo es la cuna ésa,

hilaba Margarita,

alzando aquí su rueca.

Los vientos del otoño

gemían con rudeza.

Tu canto igual y lento,

¡qué bien dormir me hiciera!

¡Oh, grillo solitario

que sales de la tierra!,

¡despierta sólo para mí! ¡Despierta!

Tres lustros de mis días

corrieron por mi cuenta,

cuando siempre cantando

te oí en la chimenea.

No dejo de escucharte

en los meses que hiela,

recuerdo el más sonoro

de toda casa vieja.

¡Oh, grillo solitario

que sales de la tierra,

¡despierta sólo para mí! ¡Despierta!

Menor encanto tiene

tu voz que en otras épocas.

¿También en tus acentos

mis lágrimas se encuentran?

¿Lloras tú a tus hermanos,

tu madre y a tu abuela?

El hogar de mi alma

a mí sólo me alberga.

¡Oh, grillo solitario

que sales de la tierra,

¡despierta sólo para mí! ¡Despierta!

La llama que de nuevo

en el hogar chispea,

las voces que son caras

parece que recuerda:

el alma en sí se abisma;

los ojos se me cierran,

y en sueños oigo a seres

que faltan de la tierra.

¡Oh, grillo solitario

que sales de la tierra,

¡despierta sólo para mí! ¡Despierta!

¡Cuántas cosas me dices

y al corazón le cuentas,

como a las lindas rosas

habla el ave parlera!

En sus vuelos murmura

sus cantos para ellos.

¡Oh, voz triste y sin alas,

sé el ave que a mí venga!

¡Oh, grillo solitario

que sales de la tierra,

¡despierta sólo para mí! ¡Despierta!