Índice

Prólogo



Primera parte. EL ESPÍRITU DE LA TIERRA
Leyendas y Mitos


México

Los Cinco Soles (tolteca)

Los dos amantes (azteca)


Guatemala

Sipac y los espíritus del maíz (achi)


El Salvador

El Tigre del Sampul (maya)


Nicaragua

Los Miskitos y el Gran río (miskito)


Costa Rica

Yanique, el Príncipe Nahua (azteca)


Panamá

La Laguna Encantada (chocoe, kuna)


Venezuela

El Canto de la Calandria (arhuaco)


Colombia

El Cacto y el Junco (chibcha)


Ecuador, Perú

La Cadena Sagrada (inca)


Perú, Bolivia, Chile, Argentina

La Música de las Montañas (aymara)


Paraguay

La Hija del Sol (guaraní)


Paraguay, Uruguay

La Yerba Maravillosa (guaraní, charrúa)


Chile

El Árbol Parlante (mapuche)


Argentina

El Carao (guaycurú)


Chile

Aquehuauhuen: El León Marino (Selk’nam)



Segunda Parte. LO QUE CUENTA EL VIENTO
Cuentos


México

La Princesa de las Alas de Mariposa (azteca)


Cuba

La Cabeza de Patricio (carabalí-arhuaco)


República Dominicana

Guaroa, Higuemota y Guarocuya (taína)


Guatemala

El Hermano Mulo (maya)


Venezuela

Por qué Escasea hoy la Miel (arhuaco)


Ecuador

El Dios Sol y la Reina de las Aguas (shyris)


Perú

Los Tesoros de Catalina Huanca (inca)

El Pachamama (inca)


Paraguay

La Esposa del Jaguar (opayé)


Uruguay

La Paloma Blanca con Pechera Roja (tupí)


Argentina

El Origen de la Tormenta (toba)


Chile

El extraño suceso vivido por Celestino Albayay (diaguita)


Chile, Argentina

Las Tres Prendas (mapuche)



Glosario

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Leyendas y cuentos indígenas de Hispanoamérica

Nueva edición mejorada y ampliada


© Antonio Landauro, 2019

© de esta edición: Ediciones Mis Raíces, 2019

Av Presidente Kennedy 5770, oficina 318, Vitacura Santiago, Chile

www.misraices.cl

e-mail: ediciones@misraices.cl


Textos: Antonio Landauro

Edición: Francisca Jiménez y Yasna Cabrera

Ilustraciones: Marcelo Escobar

Producción: Yasna Cabrera G., Nicole Yuretic R. y Daniela Salinas F.


Diseño y diagramación colección: Oscar Braz Hernández

Nueva edición mejorada y ampliada, abril de 2019

Número de registro: 299.715

ISBN Edición impresa: 978-956-9002-35-9

ISBN Edición digital: 978-956-9002-38-0


Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
info@ebookspatagonia.com


Ediciones Mis Raíces

Todos los derechos reservados


Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, convocatoria 2019

Prólogo

América, nuestro continente, poseía y posee hoy, un rico caudal de narraciones que se han venido transmitiendo de generación en generación, y constituyen un corpus literario muy vasto, pero a la vez poco valorado, el que está compuesto esencialmente por mitos, leyendas y cuentos tradicionales, los que constituyen uno de los más valiosos patrimonios de nuestra cultura y de nuestro folclor. Son relatos casi olvidados –pero que se niegan a morir– que entrañan múltiples enseñanzas, y que a modo de parábolas, contienen verdades que develan nuestra idiosincrasia, nuestra manera de ser y de enfrentar el mundo, en particular a la naturaleza y todo lo que ella contiene y encierra: paisajes, ríos, volcanes, lagunas, islas, desiertos, etcétera, y las fuerzas sobrenaturales, tales como: tormentas, terremotos, huracanes, eclipses, crecidas de ríos… los que se asocian a la voluntad de los dioses, ya que no son provocados por acción humana.

Los pueblos de las dos Américas continentales, la del Sur y la del Norte, unidas por la franja ístmica de América Central, a la que corresponde el vasto archipiélago de las Antillas, están unidos por lazos espirituales indelebles, ya que tienen un mismo tronco y comparten un pasado histórico común. De este modo sus mitologías, cosmogonías, teogonías e historia tienen numerosos puntos de contacto. Hoy, esa misma interrelación cultural o transculturación, se manifiesta en la integración de los ciudadanos de una nación determinada con aquellos que sobrepasan los límites físicos de la geografía, producto de las corrientes migratorias al interior del continente americano, y en la tolerancia, que se expresa en la aceptación y respeto mutuo de las costumbres, motivos y hábitos culturales, dando pie a un nuevo tipo de “encuentro”, que, al igual que en el pasado, es enriquecedor debido a la fusión de nuevos elementos sociales y valores espirituales.

Por otra parte, esta obra de carácter antológico, también es un intento por rescatar del olvido algunos de los relatos más significativos de nuestro gran acervo cultural, revalorando los principales géneros literarios de la narrativa oral, cuya vigencia hoy se encuentra en peligro –debido, al desinterés por la lectura que manifiesta un sector de la población, así como también, a la globalización y todos los efectos que causa en las culturas locales–. Por tales motivos, esperamos que sea valorada en su justa dimensión.

Cabe señalar que las narraciones que aquí presentamos, no solo tienen como propósito despertar el interés y promover el conocimiento sobre nuestras raíces culturales, sino que también facilitar la comprensión de los lectores, ya que hemos agrupado los textos convencionalmente siguiendo la trayectoria geográfica de nuestro continente –de norte a sur–, partiendo con los aztecas y los mayas, en México, para concluir con los tobas, mapuches y selk’nam en el sur de Argentina y Chile.

Debemos destacar que antologías como estas y de otros investigadores han permitido descubrir y reafirmar aspectos sociológicos y culturales desconocidos, cuyos significados apenas pueden vislumbrarse a través del crisol de los años. Tales estudios cumplen un verdadero rol histórico de gran valor, pues disipan un tanto la tiniebla esparcida sobre el paisaje humano de quienes poseyeron esta tierra antes del “encuentro de dos mundos”.

Según el investigador Javier Ocampo López, “este conjunto de creencias brotadas del fondo emocional, que se expresan en un juego de imágenes y símbolos, se manifiestan como fuerzas operantes en la sociedad. Asimismo, como una estructura mental con cuyo auxilio se nos hacen asequibles ciertas configuraciones históricas que, de otra manera, permanecerían cerradas a nuestra comprensión”.

Los relatos aquí compilados pertenecen a los géneros denominados convencionalmente mitos y leyendas; los primeros están relacionados con los mitos universales, con aquellos sucesos –divinos o heroicos– que pretenden explicar la fenomenología natural en cuyo misterio no podían penetrar por procedimientos científicos los hombres y mujeres del pasado. Puede decirse que el mundo nace en el momento en que las concepciones fenoménico-religiosas se consolidan y condensan en formas concretas, es decir, se personifican y le permiten al ser humano ser parte de la naturaleza y afianzar sus relaciones con el cosmos.

Por su naturaleza, la leyenda es una relación de sucesos que tiene más elementos míticos y maravillosos que históricos y verdaderos, según define el vocablo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Está conformada con posibilidades, cuenta con el amplio recurso de la fantasía, y poco o casi nada tiene que ver con la realidad comprobada. En síntesis, son relatos fantásticos y fabulosos, exentos de atavíos retóricos, sin complejidades argumentales, donde se amalgaman la candidez de los sentimientos, la conciencia humana y el alma colectiva de los pueblos.

Curiosamente, la leyenda constituye un todo orgánico donde se mezclan con el sentimiento de la poesía, las creencias religiosas, las supersticiones populares y hasta sucesos históricos. En resumen, se expresa la idiosincrasia de los pueblos que las engendraron. Para muchos, incluso, estos relatos constituyen los primeros jalones de la historia.

Aquí, mito y leyenda se dan la mano, y ambos unidos o separados, de una u otra manera han influido permanentemente en el destino individual y colectivo de las personas y nos han permitido llegar a ser lo que hoy somos.

Por su parte el cuento, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es una breve narración de sucesos ficticios y de carácter sencillo, hecha con fines morales o recreativos. Los que aquí presentamos se inscriben dentro del denominado género de la “tradición” o cuento histórico, una modalidad de inserción entre la estampa costumbrista y el cuento de ficción.

La tradición, tipo de escrito posterior a la leyenda, ha sabido nutrirse de las narraciones orales, de los sucesos que corren de boca en boca. Ese carácter de oralidad ha comunicado un nuevo sesgo a la narración y la ha liberado de las ataduras del lenguaje academizante, cerrado a la expresión popular. Este género literario gravita entre lo histórico y lo literario y aúna ingredientes diversos provenientes tanto de la fuente culta como de la popular, de lo vivido y de lo imaginado. Es siempre una narración corta, evocativa de tiempos pasados tomados de documentos escritos o de los meramente oídos de otros labios, pero aderezados con elementos de ficción y con apuntes del costumbrismo local.

Es pertinente destacar que fuera del ámbito hispanoamericano el género literario de la tradición no tiene paralelos y constituye una forma típica de la literatura en lengua española propia de este continente.

Finalmente, debemos decir que todas estas narraciones son hechos folclóricos colectivos, porque participan de lo tradicional, del anonimato y la funcionalidad. Lo tradicional se transmite oralmente de padres a hijos e hijas, sin propósito expreso. No interviene la escritura, ni libros, ni escuelas y no hay reglas ni planes preconcebidos. Perduran como supervivencia del pasado, manifestando continuidad y permanencia. Son relatos anónimos, o bien, si tales nombres se conocen, estos no cuentan para la valoración del hecho mismo y, por tanto, se olvidan, desaparecen a través del paso de los años. Cuando hablamos de funcionalidad, nos referimos a que todo hecho del folclor tiene un uso determinado, una vigencia. Responde a una urgencia que hay que satisfacer, tiene una misión individual y social que cumplir.

Por la vía del mito, la leyenda, el cuento –amén de otros géneros literarios– se puede llegar a comprender el pasado y, conociéndolo, podemos entender el presente y enfrentar el futuro. He ahí su valor, su riqueza inconmensurable.


Antonio Landauro.

Glosario

Abarca: Calzado que cubre parte del pie y se ata con cuerdas.

Acana: Árbol de madera nudosa, muy dura.

Acore: Dios del pueblo chocoe, quienes habitaban el territorio que actualmente ocupan Panamá y parte del norte de Colombia.

Achís: Familia indígena descendiente de los mayas, establecida en Guatemala.

Aliso: Árbol betuláceo, de tronco limpio y rollizo, copa poblada y redonda, hojas alternas algo viscosas, flores blancas y frutos rojizos; madera dura, algo amarillenta.

Anáhuac: Valle de México. // Cordillera central de México.

Aneroide: Tipo de barómetro que se compone de una cajita metálica, en que se ha hecho el vacío, y cuya tapa se comba o se deprime según las variaciones de la presión atmosférica.

Anhangá: Espíritu del mal, según los guaraníes.

Arhuaco (araguacos o arawak): Familia indígena extendida en Sudamérica y las Antillas. Fueron diezmados por los caribes.

Atahualpa: (1500? -1533) Último gobernante de imperio inca; fue ejecutado por órdenes de Pizarro.

Ayllu: Caserío andino; cada una de las parcialidades en que se dividían las comunidades quechuas.

Aymara: Raza indígena del altiplano peruano-boliviano, del cual se supone oriunda la dinastía de los incas.

Azteca: La última tribu nahua en llegar al valle de México. Se estableció en el valle de Anáhuac y allí fundó la ciudad de Tenochtitlán, hoy México, en 1325.

Bohío: Cabaña hecha de madera y ramas, caña o paja.

Caa-Iharé: Diosa de las plantas, según la mitología guaraní.

Calandria: Ave de alegre canto, especie de alondra.

Carabalí: Dícese del negro africano de carácter indómito.

Casiri: Especie de cerveza hecha a base de yuca fermentada.

Cayo: Isla rasa, arenosa, con frecuencia anegadiza y cubierta en gran parte de manglares, muy común en el mar de las Antillas y en el Golfo de México.

Ceibo: Árbol anacardiáceo, grande, que da flores arracimadas de color lacre.

Kunas: Indígenas de Panamá que ocuparon en un tiempo casi todo el país; hoy habitan aldeas del istmo, principalmente en la costa norte del Golfo de

Darién, y también en el norte de Colombia.

Cuñatai: Joven muchacha grácil, hermosa.

Chalatenango: Departamento de El Salvador, capital Chalatenango.

Charrúa: Familia indígena que vivió en lo que hoy es Uruguay y estaba dividida en seis tribus. Hoy existe una pequeña población que vive en la provincia de Entre Ríos, Argentina.

Chibcha: Familia de alta civilización, que comprendía a los borucas, bribris, guatusos, muiscas y otras tribus que habitaban lo que hoy es Colombia, Ecuador y parte de Centroamérica.

Chocoes: Tribu chibcha que habitó en Colombia entre los Andes y el Pacífico, principalmente en el Departamento del Cauca. Otra parte vive en el norte que Ecuador y otra en Panamá.

Chorotega: Tribu precolombina que habita el territorio que actualmente ocupa Nicaragua.

Chuspa: Bolsa tejida, especialmente de morral.

Darién: Provincia de Panamá, capital La Palma. // Golfo entre Colombia y

Panamá.

Daturina: Alcaloide tóxico extraído del estramonio, que se obtiene de la datura, planta solanácea.

Duitama: Ciudad colombiana en Bocayá.

Emolumento: Utilidad, propina, sueldo.

Enjaezar: Poner los jaeces a la caballería, ensillar.

Echécatl: Dios tolteca; una de las representaciones de Quetzalcóatl como dios del viento.

Guaraní: Nación de origen tupí que se vive en los valles de los ríos Paraguay,

Paraná, Uruguay y norte de Argentina.

Guaycuru: Tribu de origen tupiguaraní, que habita en la región del chaco argentino.

Hogaza: Pan grande, de harina mal cernida que contiene algo de salvado.

Huanca: Indígena de Huancayo, Perú.

Huancayo: Ciudad peruana, capital Junín.

Inca: Tribu quechua que vivía principalmente en el Cuzco, Perú. Su imperio se extendía desde Ecuador hasta el centro de Chile, abarcando el noroeste de Bolivia y parte de Argentina.

Ixtacihuatl: Montaña mexicana.

Lastra: Laja, piedra lisa, plana y delgada.

Machi: Curandero o curandera de oficio.

Maguey: Nombre genérico de numerosas plantas; de sus hojas se obtienen la pita y otras fibras, también jugo para pulque y otras bebidas espiritosas.

Maipures: Tribu de araguacos de la que quedan solo vestigios en el alto Orinoco, Venezuela.

Mapuche: En Chile se designa así, principalmente, a los grupos étnicos ubicados en el centro-sur del país. Corresponden al mayor grupo indígena de Chile.

Matto Grosso: Gran zona selvática. // Estado de Brasil, capital, Cuiabá, 1.231.549 km2.

Matusagaratí: (Tierra feliz) la laguna más grande de Panamá, ubicada en las proximidades del Tuira.

Maya: Gran familia indígena que pobló el suroeste de México, Guatemala y Honduras, y estableció un orden social y una admirable cultura desde principios de la era cristiana; sus grandes ciudades fueron Tikal, Palenque, Copán, Uaxactún, Chichén Itzá, Uxmal y Mayapán.

Miskito: Grupo étnico establecido en Nicaragua, en las costas del Caribe.

Naboría: En los primeros tiempos de la conquista de América, indígena que adoptaba el rol de sirviente.

Nahua (náhuatl): Familia indígena que ocupa gran parte del oeste de México y se extendía hasta Centroamérica; correspondía a los aztecas, tlaxcaltecas, toltecas y muchas otras tribus.

Nahual: Animal protector, según las creencias mayas.

Nele: Dios de los kunas.

Obsidiana: Mineral volcánico vítreo, negro o verde, muy oscuro. Con él se hacían espejos, flechas y armas cortantes.

Olmecas: Tribu originaria de México, la más antigua del país; ya antes de Jesucristo vivían en cavernas desde Tabasco hasta Veracruz. Crearon un calendario y un sistema de escritura y numeración.

Opayé: Tribu que habita la selva del Matto Grosso, de origen tuoiguaraní.

Orinoco: Río venezolano de 2.900 km, que cruza una gran zona selvática; marca 420 km de frontera con Colombia.

Paiwarris: Especie de cerveza hecha a base de batatas rojas fermentadas.

Pachacutec Yupanqui: (s. XV), inca sucesor de Viracocha.

Pachamama: Según la mitología inca, diosa de la fecundidad. // Fiesta en honor de los animales.

Parina: Tipo de flamenco rosado.

Pipil: Tribu nahua que ocupó la costa de Soconusco y de la frontera entre

Guatemala y El Salvador, sobre el Pacífico.

Pitpan: Ligera embarcación de madera.

Popocatépetl: Volcán de México, 5.452 m de altura.

Ruca: Choza construida a base de paja y ramas.

Shyris: Comunidad indígena que vivía donde actualmente se levanta la ciudad de Quito, Ecuador.

Sogamoso: Valle y ciudad colombiana de Boyacá. // Río afluente de Magdalena, 350 km.

Taíno: Tribu extinguida que habitaba en el norte de Venezuela, en Brasil y en las Antilla, especialmente en Santo Domingo. Hoy se llama taínos a todos los aborígenes de las Antillas menores.

Talabartero: Persona que trabaja el cuero, que hace correas, sillas de montar, etc.

Teotihuacán: Ciudad sagrada. Zona arqueológica a 46 km al noreste de la capital mexicana.

Tiguilote: Arbusto de tronco nudoso.

Titicaca: Lago de Bolivia y Perú, de 8.340 km2; altura, 3.850 m.

Toba: Comunidad indígena que habitaba en el chaco argentino y parte del boliviano.

Tolteca: Tribu nahua, la primera en llegar del norte al valle de México, posiblemente al comenzar la era cristiana, y que floreció hasta el siglo IX. Su civilización se extendió hasta Yucatán y Guatemala.

Tota: Laguna en el departamento de Boyacá, Colombia.

Tula: Antigua capital de los toltecas, llamada también Tillán.

Tupa: Dios supremo, gobernador del cielo y de la tierra, según la mitología guaraní.

Tupí (también tupíes): Familia indígena que ocupaba gran parte de Brasil a la llegada de los portugueses.

Yatiri: Persona con gran experiencia y sabiduría.

Primera Parte
El Espíritu de la Tierra
Leyendas y Mitos



1 Toltecas significa “habitante de Tula”, “constructores” en lengua náhuatl. El proceso de expansión de este pueblo arranca en el siglo XI en la ciudad de Tula, México. Este pueblo sentó las bases religiosas y cosmogónicas de las culturas posteriores, especialmente la de los aztecas.

2 El río Cala está ubicado en Guatemala.

3 Los miskitos son el grupo étnico más numeroso de Nicaragua, asentado desde antaño en las costas del Caribe, en las riberas del río Coco.

4 Nahuas: pueblo originario del actual México que se extendía por toda la región.

5 Río Tuira, Panamá.

6 Según la Real Academia de la Lengua Española, “mensaje para tratar algún asunto de importancia, especialmente el enviado por un jefe de Estado a otro por medio de su embajador”.

7 Arahuacos, araguacos o arawak.

8 Los chibchas, a la llegada de los españoles, habitaban el actual territorio de Colombia

9 La curuba fruta jugosa y ligeramente ácida que se cultiva en las regiones andinas

10 Aramus scolopaceus carau: Nombre científico del ave.

11 El motivo del Aquehuauhuen ha sido tomado de la obra “Die Feuerland-Indianer”, Tomo I, “Die Selknam”, Viena, 1931.